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El acusado Eusebio Rosario Hernández y la víctima Carmen Paulino Gabriel. Inter News Service
Santo Domingo, 28 dic (INS).- La jueza del juzgado de Instrucción del Distrito Judicial de la provincia Duarte, Isolina Peralta Contreras, ordenó apertura a juicio de fondo contra un sujeto acusado de asesinar de 297 puñaladas a una mujer, quien luego fue lanzada a una cisterna en la propiedad donde vivía.
El acusado es Eusebio Rosario Hernández, quien era la pareja de la víctima identificada como Carmen Paulino Gabriel, de 26 años. El hecho ocurrió en el mes de junio pasado en la calle Colón del municipio San Francisco de Macorís, región noreste del país.
Por el crimen se encuentra también en proceso judicial un adolescente de 16 años, hijo de Rosario, que fue captado en un video de una cámara de seguridad entrando a la casa donde fue hallada muerta la mujer.
El reporte del médico legista actuante en el caso estableció que la dama sufrió golpes contusos en la frente y la cabeza, mientras un informe policial consignó que el asesino habría cometido el crimen porque ésta quería separarse de él.
Horas después de que el cuerpo fuera recuperado, oficiales del Departamento de Investigaciones Criminales de la Policía, junto al Ministerio Público, apresaron en La Romana a Eusebio Rosario Hernández por considerarlo sospechoso. Durante arresto, le ocuparon un arma blanca.
En esa ocasión, el hombre negó que tuviera relación con el hecho, pero los investigadores pusieron interés en el detenido varias veces habría cometido violencia de género agravada y otras acciones contra la joven, quien nunca se querelló.
Uno de los fiscales que participó en las indagaciones, el magistrado Oscar Alexander Osoria, declaró que recibió detalles de que el sujeto tenía una conducta de violencia psicológica y de toda índole contra la occisa.
Lusitania y María Paulino Gabriel, hermanas de la víctima, contaron a las autoridades que Eusebio Rosario Hernández obligaba a su pareja a sostener relaciones sexuales con un perro que tenían en la casa, acostarse con otros hombres e ingerir su semen mezclado con la comida y aseguraron que la amenazaba para que no se atreviera a contar lo sucedido.
El acusado nunca pudo explicar a la policía el origen de unos rasguños que presentaba en el área de su cuello, brazo derecho, pierna derecha e izquierda y lado derecho de la cadera, lo que evidenciaba que la mujer luchó con éste, por cuanto los dedos de sus manos estaban encorvados.
La joven madre de una niña de 7 años, la cual procreó en una relación anterior, tenía heridas en el área abdominal y pecho que fueron determinantes para su muerte.
Según comprobaron los fiscales, el matador se ensañó con el rostro de la mujer al inferirle tantas estocadas que no dejaron ningún área sin afectar. INS
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