Chile-Elecciones: el país da un sorprendente giro a la extrema derecha

José Antonio Kast obtuvo el 27,91% de los votos. / Inter News Service

Por Andrés Alburquerque F.

Santiago de Chile, 22 nov (INS).- Con el 99.9% de las mesas escrutadas, el candidato de extrema derecha José Antonio Kast obtuvo la primera mayoría en las elecciones presidenciales chilenas, en un resultado que consolidó la opción de la ultraderecha de conducir al país por los próximos cuatro años y que acentuó la polarización actual de la sociedad.

Kast obtuvo un sorprendente 27,91% de los votos, encabezando la primera vuelta presidencial. Irá al balotaje con el izquierdista Gabriel Boric, que logró 25,83% de los sufragios. Los candidatos de la centroderecha Sebastián Sichel, Yasna Provoste y Franco Parisi -que asombrosamente terminó tercero, con un 12,80%- no hacen más que poner de manifiesto un nuevo orden en la política nacional.

¿Cómo se produjo el salto desde octubre de 2019, con la rebelión que rechazó toda la estructura económica y social heredada de la dictadura de Augusto Pinochet y perpetuada por 30 años por gobiernos concertacionistas y de derecha, a este escenario antagónico?

Por una parte influyó la propaganda difundida por el gobierno, los grandes grupos económicos, y los medios de comunicación financiados por estos, que insistieron hasta la majadería en una “campaña de terror” con la dicotomía entre “orden” y “violencia” representada respectivamente por Kast y Boric.

Incluso responsabilizando de la inflación que vive el país a los millones de trabajadores que optaron por retirar parte de sus fondos previsionales durante la pandemia.

A eso se agregan temáticas como la ola de violencia y la delincuencia, la creciente y al parecer descontrolada inmigración, el narcotráfico, y el clima de inestabilidad que se vive hace años en la zona de la Araucanía, cuna de la etnia mapuche, la más importante del país.

En esa región, por ejemplo, Kast obtuvo más del 42% de los votos, mientras Boric sólo llegó a un 16,56%.

La alta votación de Franco Parisi y su programa neoliberal puede explicarse en la búsqueda desesperada de líderes en medio del caos en que se encuentra el país y el gobierno de Sebastián Piñera, perdido en una nebulosa de corrupción y desequilibrio.

El candidato que vive en Estados Unidos y que ni siquiera llegó a Chile a hacer campaña -impedido por una deuda de pensión de manutención y una orden de arraigo en su contra- centró su propuesta en mejoras económicas para las familias y perspectivas de ascenso individual al estilo del “sueño americano”.

También ayudó, y mucho, la conducción errática de Apruebo Dignidad, coalición formada por el Frente Amplio y el Partido Comunista, que con todas sus luchas intestinas dejó a una parte de la ciudadanía entre la decepción y la desmoralización.

Con todo, la estrecha diferencia entre las dos primeras mayorías, y el hecho de que Boric haya vencido en las dos principales ciudades del país (Valparaíso y Santiago), indica que siguen siendo millones las personas que quieren cambios profundos.

Alarmada por la victoria de Kast, la centroizquierda chilena buscará subyugar a una inmensa mayoría de chilenos que no votó el domingo (de los 15 millones llamados a votar sólo lo hicieron 7,115,590, lo que representa un 52,66 por ciento de abstención). ¿Será suficiente? La respuesta sólo se conocerá el 19 de diciembre, cuando Kast y Boric definan quién será el próximo presidente de este polarizado Chile. INS

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