P. Rico-La obesidad es causa de otras enfermedades metabólicas, advierte prestigiosa revista médica

Por Rafael Santiago Medina

San Juan, 5 mar (INS).- Con 800 millones de personas en todo el mundo que viven actualmente con obesidad, se prevé que la obesidad infantil aumente en un 60% en la próxima década (llegando a 250 millones en 2030), y se espera que los costos médicos asociados con la obesidad superen el billón de dólares para 2025.

La publicación especializada en ciencias médicas The Lancet expresa en un editorial que siendo la obesidad uno de los principales contribuyentes de mortalidad, la acción contra la obesidad (incluida su prevención y tratamiento) es de suma importancia en la inmensa mayoría de los países del mundo.

Los datos evidencian, según esta publicación de prestigio internacional, que el exceso de adiposidad ahora representa más muertes en Inglaterra y Escocia que el tabaquismo entre las personas de 45 años o más.

El porcentaje de todas las muertes atribuibles al tabaquismo o ex-tabaquismo se redujo del 23% en 2003 al 19% en 2017, mientras que las muertes por adiposidad (sobrepeso y obesidad) aumentaron del 18% en 2003 al 23% en 2017, lo que refleja cambios subyacentes en el prevalencia del tabaquismo y la obesidad.

Además, la obesidad es ahora la principal causa de otras enfermedades metabólicas como la diabetes tipo 2 y la enfermedad del hígado graso no alcohólico.

Un análisis reciente de datos longitudinales del Estudio Multiétnico de Aterosclerosis y datos transversales seriados de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición informaron que los adultos estadounidenses con obesidad tienen casi tres veces más probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2 que las personas sin obesidad.

Además, se indicó que aproximadamente el 40% de la diabetes de nueva aparición en el período 2013-16 fue directamente atribuible a la obesidad, con las tasas más altas entre las mujeres blancas no hispanas (53%) y las más bajas entre las mujeres no hispanas -Hombres negros hispanos (30%).

La pandemia de COVID-19 en curso ha puesto de relieve la mala salud metabólica subyacente en nuestra sociedad, con enfermedades metabólicas asociadas con la gravedad del Covid-19 y peores resultados.

Una evaluación comparativa de riesgos publicada recientemente de las hospitalizaciones por Covid-19 en Estados Unidos mostró que la mayoría se debió a una de las cuatro afecciones cardiometabólicas.

De las más de 900,000 hospitalizaciones que se produjeron hasta el 18 de noviembre de 2020, el 30% se atribuyó a la obesidad, el 26% a la hipertensión, el 21% a la diabetes y el 12% a la insuficiencia cardíaca.

De igual forma, The Lancet reseña que los investigadores estimaron que una reducción del 10% en cada una de las cuatro afecciones cardiometabólicas podría haber evitado potencialmente el 11% de las hospitalizaciones por Covid-19.

En los primeros 6 meses de 2020, dicen los investigadores, la esperanza de vida se redujo en un año completo, el descenso más dramático desde la Segunda Guerra Mundial. La esperanza de vida provisional desde el nacimiento se encuentra ahora en el nivel más bajo desde 2006 para la población total (77,8 años).

Aunque la disminución de la esperanza de vida refleja no sólo el número de víctimas de la pandemia, sino también un aumento de las muertes por sobredosis de drogas, ataques cardíacos y otras causas, es probable que las comorbilidades metabólicas también hayan influido, reseña The Lancet.

Con ahora más de 115 millones de infecciones y más de 2.5 millones de muertes por Covid-19 reportadas en todo el mundo, muchas de las cuales ocurrieron en personas con mala salud metabólica, el virus ha enviado al mundo una llamada de atención sobre la inacción relacionadas a las enfermedades metabólicas, se destaca en la publicación.

“En la era posterior al Covid-19, la salud metabólica debe ser una prioridad, y la obesidad ocupa un lugar central como el principal problema de salud pública no transmisible de nuestro tiempo. Como la epidemia de obesidad sabemos que hoy es un fenómeno relativamente reciente, que despegó en Estados Unidos en la década de 1990, cambiar su trayectoria es posible. Conocemos muchas de las soluciones para prevenir y tratar la obesidad pero, más que palabras y promesas, ahora necesitamos acciones verdaderas. Los días en que la obesidad y las enfermedades metabólicas se trataban de otras personas han quedado atrás; directa o indirectamente, todos estamos o seremos afectados de una forma u otra”, termina señalando el editorial que publica en su última edición The Lancet. INS

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