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Luis Abinader será juramentado mañana. / Inter News Service
Por Manuel Vólquez
Santo Domingo, 15 ago (INS).- Luis Abinader Corona asumirá mañana la Presidencia de la República con la misión de cumplir con un legajo de promesas que van desde reestructurar el Estado para hacerlo más eficiente, sanear la abultada nómina pública, mantener el crecimiento económico, pero haciéndolo más equitativo, y ejecutar políticas públicas que impacten las condiciones de vida de los más vulnerables.
Es el primer presidente electo que ha dado a conocer los futuros miembros de su gabinete a través de las redes sociales y el tercero que lo hace durante el período de transición, ya que los expresidentes Hipólito Mejía y Leonel Fernández también lo anunciaron al resultar elegidos en el 2000 y 2004, respectivamente.
Abinader eligió Twitter para informar quiénes lo acompañarán en el tren gubernamental; el primer anuncio lo hizo al caer la tarde del 10 de julio, apenas cinco días después de ser proclamado presidente.
Las primeras designaciones fueron las de la exvicepresidenta Milagros Ortiz Bosch, quien estará en la Dirección de Ética, y Milagros Germán, directora de Comunicaciones y vocera de la Presidencia. Como ministros anunció a Roberto Álvarez, en Relaciones Exteriores; Roberto Fulcar, de Educación; Lisandro Macarrulla, de la Presidencia; Miguel Ceara Hatton, de Economía; y Jochi Vicente, de Hacienda.
Abinader, de 53 años y líder del Partido Revolucionario Moderno (PRM), tiene el desafío de cumplir con esas promesas y otras incluidas en su vasto programa de gobierno, en medio de una pandemia como la de Covid-19, que ha provocado severas secuelas sanitarias y económicas.
El letal virus, que ha causado similares estragos en la mayoría de las naciones, en el país proyecta niveles acelerados de contagios que sobrepasaría en septiembre u octubre los 100 mil casos, de acuerdo con las proyecciones de la Universidad Hopkins de los Estados Unidos.
A la fecha de hoy, la pandemia ya alcanzó en la República Dominicana 85,545 personas contagiadas (1,057 nuevos positivos), mientras que el número de fallecidos se elevó a 1,418.
Precisamente, para controlar los contagios y reducir el impacto en la economía, el presidente Danilo Medina dispuso desde marzo un estado de emergencia que implicó, en una primera etapa, un confinamiento parcial, el cierre de empresas con la consecuente suspensión de miles de empleos y un toque de queda nocturno que todavía se mantiene.
Para contrarrestar ese impacto, implementó un paquete de medidas económicas y sociales con una inversión de RD$32,062.5 millones (equivalentes a 549,403,530 dólares) en beneficio de 5.2 millones de personas.
Pero seis meses después de la aparición de la enfermedad, se cayeron estrepitosamente las recaudaciones fiscales, más de 100 mil personas fueron suspendidas de los trabajos, el cierre de pequeñas y medianas empresas ha sido progresivo, y peor aún, con la reapertura de la economía y el proselitismo electoral del 5 de julio se dispararon los infectados, al extremo de que el colapso del sistema sanitario es una amenaza latente.
Bajo ese escenario, al presidente electo no le queda más que concentrar los esfuerzos en la reactivación de la economía y en tomar las medidas que permitan reducir la expansión del virus, un reto complejo en tanto depende de un distanciamiento físico que gran parte de la ciudadanía se resiste a mantener.
En otro orden, la posibilidad de una reforma fiscal, que está planteada en su programa de gobierno y es una tarea no cumplida por las autoridades salientes, es posible que no se pueda realizar en lo inmediato, por la reestructuración tributaria que eso implicaría, según los planteamientos de algunos economistas.
Por demás, dicen los economistas, ante el inminente incremento del desempleo que sobreviene a causa de la Covid-19, el nuevo gobierno podría enfrentar una gran encrucijada si persiste en su plan de fusionar o eliminar instituciones que abultan la burocracia estatal y en muchos casos el dispendio.
Ese es el caso de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (Oisoe), del Consejo Estatal del Azúcar (CEA) y el Fondo Patrimonial de las Empresas Reformadas (Fonper), un organismo oficial que ha generado innumerables casos de corrupción y que recibe recursos generados por las empresas capitalizadas del Estado, los cuales son usados a discreción de su consejo y presidente.
Otras prioridades
En el área financiera, Abinader tiene varias prioridades, entre ellas propiciar el aumento de las exportaciones, con una proyección de US$16,000 millones, duplicar las empresas de zonas francas, incentivar la construcción de nuevas habitaciones hoteleras y generar alrededor de 600 mil empleos formales.
Las propuestas también se enfocan hacia el sector informal, porque en la medida en que las pequeñas y medianas empresas se formalizan, aumentan las recaudaciones gubernamentales y a la par mejoran los niveles de vida de los empleados de ese sector.
De igual modo, su iniciativa incluye el fortalecimiento del comercio electrónico, una plataforma indispensable en el siglo XXI.
El sector turístico, la principal fuente de recaudación fiscal, también será prioridad para las nuevas autoridades, para lo cual se ejecutarán diversos planes en los polos establecidos, pero enfocándose más en la creación de circuitos que permitan el desarrollo de zonas atractivas, aún sin desarrollar.
Asimismo, se pondrá énfasis en el sector minero, que representa un renglón importante para la creación de empleos.
Justicia y corrupción
Abinader, economista de profesión y próspero empresario, reiteró en sobradas ocasiones durante la campaña electoral, que su gobierno se caracterizará por la transparencia y por cero tolerancia a la corrupción.
En ese contexto, durante la agitada campaña electoral mantuvo una crítica constante a la administración de Medina, a la que acusaba de permitir cuestionables actos dolosos.
La sociedad dominicana espera que no aplique el tradicional “borrón y cuenta nueva” y que designe un procurador independiente para encausar a todos los funcionarios, familiares, amigos o relacionados cercanos a Medina que se hicieron millonarios en los ocho años de su gestión a través del nepotismo y ganando licitaciones públicas amañadas en complicidad con los directores y ministros de las instituciones gubernamentales. INS
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