P. Rico-Coronavirus/Cuando ya sea tarde y nada quede para salvar: ni economía ni salud pública (análisis)

Por Rafael Santiago Medina

San Juan, 15 ago (INS).- Se han reportado 4,229 contagios a Covid-19 en 14 días. Y este sábado, 13 nuevas muertes por el virus, con lo cual asciende a 329 el total de decesos, y de ellos, 112 se han reportado en solo 15 días.

Con estas estadísticas, la respuesta de la gobernadora Wanda Vázquez Garced ha sido extender la actual orden ejecutiva hasta el 21 de agosto, pero las medidas cautelares no se extreman sino que siguen iguales.

El secretario del Departamento de Desarrollo Económico y Comercio (DDEC), Manuel Laboy, es quien mejor retrata con sus expresiones el dilema actual en el gobierno dirigido por la gobernadora Vázquez Garced.

Reconoce que hay un repunte preocupante de contagios de Convid-19 en Puerto Rico, pero se muestra reacio a un cierre temporal y parcial de las actividades comerciales, porque teme que tengan un impacto económico perjudicial, por lo cual es partidario de un punto medio que complazca tanto al sector salubrista como al empresarial.

“El sector económico valida que estamos en una crisis bien seria y alarmante”, admitió Laboy. Empero, dijo que se dilucida “cómo logramos atender la crisis con el menor impacto posible a la economía”, porque “un cierre total tendrá consecuencias nefastas para la economía de Puerto Rico”.

Así se define el modo en que las autoridades gubernamentales atienden la presente crisis de repunte proclive al descontrol total. Sopesando cuál signo sobrepuja en la atención de la crisis: si el signo económico o el signo sanitario con su concomitancia de mayores restricciones.

El secretario de Salud, Lorenzo González Feliciano, admitió que hay un problema de carencia de disciplina, tanto en el sector comercial como entre la ciudadanía, especialmente entre las personas más jóvenes, muchos de los cuales denotan temeridad ante el peligro de infección.

Ante la indisciplina de un sector empresarial quizás minoritario del comercio y de una porción de la ciudadanía, la respuesta de un buen gobierno disciplinado tiene que ser ir apretando los controles restrictivos y disciplinarios en la población.

El repunte de contagios a Covid-19 gana terreno y el tiempo que tardemos en atajar el problema aplazando las restricciones más estrictas se convierte en nuestro enemigo.

La indisciplina es aliada de la anarquía y el caos. La acracia abona al descontrol y que el repunte de infecciones a Covid-19 en Puerto Rico se salga de nuestras manos. Entonces, nada quedará para salvar: ni economía ni salud pública. INS

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