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Por Rafael Santiago Medina
San Juan, 6 ago (INS).- Se anunció en la tarde de este jueves que el representante del presidente estadounidense Donald Trump en Puerto Rico, el contraalmirante Peter Brown, visitará los parques industriales de Puerto Rico, junto a personal de otras agencias federales, para evaluar el potencial que tienen para promover el traslado de compañías farmacéuticas y manufactureras de equipos médicos del extranjero.
Existe la duda de que todo esto se trate de una movida política del presidente Trump para favorecer a la gobernadora Wanda Vázquez Garced en la campaña primarista, quien se ha decantado políticamente como republicana y partidaria del mandatario estadounidense, y que no sea más que eso.
Surge, por otro lado, la interrogante en cuanto al potencial que tenga en este momento Puerto Rico para volver a convertirse en un emporio farmacéutico o manufacturero con capacidad competitiva internacional frente a un país de la envergadura en el ámbito de este tipo de tecnología industrial de Irlanda, por ejemplo. ¿Cuál es el plan?
Irlanda ha logrado salir de la crisis financiera de 2008, convirtiéndose en un refugio fiscal de las grandes empresas farmacéuticas internacionales, que acudieron a la pequeña isla atlántica para asentar parte de sus negocios.
A pesar de que el país tiene menos habitantes que, por ejemplo, la Comunidad de Madrid, aloja a más de 120 multinacionales del sector farmacéutico internacional, debido, entre otras cosas, a sus ventajas fiscales.
Las diez farmacéuticas más grandes del mundo, como Johnson & Johnson, Novartis, Pfizer, Roche, Sanofi, entre ellas, tienen operaciones en suelo irlandés, mientras que más de un centenar de empresas del sector cuentan con instalaciones en el país.
Gracias a ello, la denominada “isla esmeralda” se ha convertido en el segundo mayor exportador de productos farmacéuticos de la Unión Europea y el octavo productor a nivel global.
La lista de farmacéuticas con inversión en Irlanda incluye a las compañía española Grifols, la mayor compañía fabricante de hemoderivados del mundo con base en Barcelona, la cual trasladó en 2015 su tesorería a Irlanda, siguiendo los pasos de decenas de sus competidores.
El hecho de que las farmacéuticas internacionales acudan en masa a Irlanda no es casual, al igual que ocurre con muchas otras empresas tecnológicas. En 2003, Irlanda introdujo un tipo impositivo único del 12,5% en el impuesto de sociedades, mientras que en España -que continúa siendo de los países donde esta tasa es de las más bajas- está situado en un 25%. En Estados Unidos, el país líder internacionalmente de la industria farmacéutica, por el contrario, se encuentra en el 35%.
Este incentivo, sumado a la flexibilidad fiscal que la legislación irlandesa ofrece así como la enorme inversión que atrae el sector farmacéutico en el país son algunos de los motivos que explican que Irlanda se haya convertido en el refugio de los grandes laboratorios, cuyos costes de producción son de los mayores dentro de la industria.
Por otro lado, Irlanda posee un sistema laboral flexible, con los costos laborales más sostenibles de Europa para la inversión industrial de las farmacéuticas: el pago salarial para empleados diestros, bien cualificados y productivos de 29.5 euros por hora en este tipo de industria tecnológica. Todo ello provoca que la renta anual media per cápita de los irlandeses ronde los 49,000 euros, cuando la española no llega a los 28,000 euros.
Las autoridades irlandesas no sólo pretenden mantener las buenas condiciones fiscales que hacen atractiva la inversión de capital de las empresas farmacéuticas y el número de empleos que ellas generan. Se estima que este tipo de compañías proporcionan más de 50,000 empleos cualificados.
Es con un país como Irlanda que Puerto Rico tendría que competir en el mercado de la industria farmacéutica.
Gracias a la presencia de estas empresas, Irlanda se ha convertido, detrás de Alemania, en el principal exportador de la UE de productos farmacéuticos. De acuerdo con los últimos datos disponibles de Eurostat, durante 2018 Irlanda exportó bienes fuera de la Unión Europea por un valor de 24,000 millones de euros, equivalentes a un 35% de las exportaciones totales del país. Si se tienen en cuenta los países miembros, las exportaciones reportan al país más de 39,000 millones de euros anuales.
Se estima que durante la última década, este tipo de empresas han dejado en Irlanda más de 10,000 millones de euros en financiación para lo que sitúa a Irlanda al frente de muchos otros miembros de la UE. Como consecuencia, la producción farmacéutica se ha situado como la principal actividad industrial del país, que aporta más del 20% del PIB. INS
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