P. Rico-El dilema entre una deficiente estatización de servicios esenciales y la privatización (análisis)

Por Rafael Santiago Medina

San Juan, 1 ago (INS).- La estatización de los servicios esenciales, como el agua y la energía eléctrica en Puerto Rico, con una gobernanza tan deficiente, es ideal pero no es práctico, pese a todos los argumentos ideológicos esgrimidos a su favor.

Empero, la otra opción, la de la privatización, tiene una lacra que malea el ofrecimiento de posibilidades: las características monopólicas hasta ahora del servicio de agua y electricidad.

Sin una competencia de ofertas en el mercado, asuntos tan vitales como el agua y la energía eléctrica encierran un peligro enorme de costos en su ofrecimiento del que no se puede prescindir y se está obligado a pagar por ellas.

Cuando el monopolio de un servicio está en manos del Estado, el fin social siempre prima de una manera u otra, no importa el estilo de gobernanza de quienes estén en el poder político del país. Sin embargo, cuando ese monopolio está en manos privadas, la cosa cambia para mal.

El mayor obstáculo que tiene la estatización de los servicios esenciales a la ciudadanía es el clientelismo político, el padrinazgo partidista y la carencia del principio de meritocracia en la otorgación de puestos de trabajo en la corporación pública y en su control administrativo.

Si ese fallo se corrige y la eficiencia se convierte en el principal signo, entonces la estatización de los servicios esenciales al pueblo es lo mejor y más conveniente.

El asunto viene ahora a cuento a consecuencia de las deficiencias del sistema de energización eléctrica salidas a flote cada vez que hay situaciones de emergencia en el país por el embate de un fenómeno atmosférico.

La información reciente que ha tenido que ofrecer la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) es que un seis por ciento del total de 1.4 millones de sus clientes siguen sin servicio eléctrico, a dos días del paso de la tormenta tropical Isaías.

Se detalló que son aproximadamente 90 mil los abonados afectados que se distribuyen entre las regiones metropolitana y el oeste, donde permanecen los mayores daños a las líneas de distribución tras el paso del sistema atmosférico.

De los 90 mil clientes sin servicio, aproximadamente unos 75 mil están distribuidos entre las regiones antes mencionadas y el resto es producto de los bolsillos que aún permanecen sin servicio.

Deficiencias significativas han quedado evidenciadas, también, en la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) en los últimos años y que salen a flote con las situaciones especiales que tiene que encarar el país. Transcurridos dos días del paso del disturbio atmosférico tropical, unos 75 mil abonados de la AAA siguen sin servicio del suplido del preciado líquido. INS

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