P. Rico-Crecen manifestaciones en Portland y Seattle contra el racismo y la intervención federal para intentar frenarlas

Por Rafael Santiago Medina

San Juan, 26 jul (INS).- Por más de 56 días en Portland, Oregon, ha habido protestas ininterrumpidas contra el racismo tras la muerte de George Floyd, y que se han ido tornando más violentas debido a la presencia de los agentes federales que intentan reprimirlas.

Crecen los reclamos contra la presencia de las autoridades federales de Home Land Security  y el reclamo es que cesen su intervención represiva en las manifestaciones de manera inmediata.

La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, siglas en inglés) considera que la disputa entre las autoridades federales y locales ha creado “una crisis constitucional” y cuestionó las formas que han utilizado las autoridades federales para detener a los manifestantes y reprimir las protestas.

Mientras las manifestaciones por la muerte de Floyd decaían en la mayoría del país, en Portland los reclamos, las marchas y los enfrentamientos con la Policía no han cesado.

En la última semana, la presencia de agentes federales sin identificación ha multiplicado las denuncias de arrestos, tácticas represivas y brutalidad policial.

En vídeos y fotos que se volvieron virales en redes sociales, aparecen oficiales federales, enmascarados y sin identificación, disparando gases lacrimógenos y balas de goma a las multitudes.

Pero lo que más controversia ha provocado ha sido otras grabaciones en las que se les ve detener por la fuerza a manifestantes en las calles y meterlos en vehículos sin identificación, lo que ha generado críticas por estas tácticas, comparables a las de regímenes dictatoriales de otros países.

De acuerdo con la Casa Blanca, el despliegue de tropas busca proteger las propiedades federales de la ciudad y a los ciudadanos ante lo que considera “acciones violentas de la izquierda radical”.

Pese a los reclamos para la retirada de las fuerzas federales, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) aseguró que no tenía intenciones de abandonar Portland.

“El Homeland Security no cederá en sus responsabilidades. No estamos escalando las protestas, estamos protegiendo”, dijo a Fox News el secretario interino de Seguridad Nacional, Chad Wolf, quien calificó a los manifestantes de “mafia violenta” y “anarquistas”.

El comisionado de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, Mark Morgan, tuiteó que la agencia continuaría arrestando a “criminales violentos que están destruyendo propiedades federales”.

Mientras, atribuyó a motivos de “seguridad” el hecho de que los agentes se enmascaren y no se identifiquen.

“No verá nombres en sus uniformes porque estos mismos delincuentes violentos usan esta información para atacarlos a ellos y a sus familias, poniendo a ambos en riesgo. Como comisionado interino, ¡no dejaré que eso suceda!”, escribió.

Las autoridades de Oregón y de la ciudad, todos demócratas, han cuestionado la reacción del gobierno federal republicano.

El alcalde de Portland, Ted Wheeler, acusó a los “cientos de agentes federales” de estar “empeorando la situación”.

La gobernadora, Kate Brown, acusa al presidente Trump de enviar tropas federales a la ciudad para montar un “teatro político”.

El estado de Oregón presentó una demanda contra las agencias federales involucradas en los arrestos de la semana pasada, acusándolas de detener ilegalmente a manifestantes.

Mientras, la procuradora general Ellen Rosenblum solicitó una orden de restricción para evitar que los oficiales federales continúen haciendo detenciones.

Aunque no llevan identificación, por lo que han dado a conocer las autoridades federales, los agentes parecen pertenecer a una nueva unidad del Departamento de Seguridad Nacional (Homeland Security) creada a raíz de las protestas que se reportaron por todo el país tras la muerte de Floyd.

Esta unidad federal está formada por personal del Servicio de Alguaciles de Estados Unidos y de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).

La gendarmería federal fue desplegada bajo el amparo de una orden ejecutiva que, según la Casa Blanca, busca proteger propiedades federales y estatuas, y que fue firmada por Trump el mes pasado.

Como parte de la orden, el gobierno federal puede enviar agentes a los estados sin permiso de sus gobernadores.

Trump se ha comprometido a controlar los disturbios y ha culpado a los demócratas por permitir que las protestas se tornen violentas, pero las acusaciones son que han sido las autoridades federales las que las han tornado violentas.

Las autoridades locales han puesto en cuestión que el gobierno federal tenga la potestad de enviar fuerzas del orden a su territorio sin autorización.

Una ley estadounidense aprobada en el siglo 19 establece circunstancias en las que el gobierno de Washington D.C. puede intervenir sin autorización estatal.

La llamada Ley de Insurrección establece que no se requiere la aprobación de los gobernadores cuando el presidente determina que la situación en un estado hace imposible hacer cumplir las leyes de Estados Unidos o cuando los derechos de los ciudadanos están amenazados.

El estatuto federal fue aprobado en 1807 para permitir al presidente convocar a una milicia para protegerse contra las “incursiones hostiles de los indios” y posteriormente se extendió para permitir el uso del ejército estadounidense en disturbios internos y para proteger los derechos civiles.

Otra ley aprobada en 1878 requiere autorización del Congreso para uso de los militares dentro del país, pero un experto legal le dijo a la BBC que la Ley de Insurrección era título suficiente para que el presidente desplegara el ejército.

La sugerencia de Trump de usar la Ley de la Insurrección para calmar los disturbios tras la muerte de George Floyd llegó a ser cuestionada previamente por su propio secretario de Defensa, Mark Esper.

“La opción de utilizar las fuerzas de servicio activo en una función de aplicación de la ley sólo debe ser un último recurso y únicamente en situaciones más urgentes y graves”, afirmó Esper.

Las protestas se están esparciendo a otras ciudades estadounidenses. Una de las protestas más intensas fue en Seattle, donde en un día de manifestaciones centradas en la violencia policial dejó un rastro de ventanas rotas y personas que se enjuagaron el gas pimienta de sus ojos.

Al menos 45 manifestantes habían sido arrestados a primera hora de la tarde, y tanto los manifestantes como los policías sufrieron heridas.

La Policía ha respondido a las manifestaciones disparando granadas de destello, bañando a los manifestantes con gas pimienta y precipitándose abruptamente contra la multitud, tirando a la gente al suelo. Después de que una granada repentina dejó a una mujer con heridas sangrantes, los agentes policiales empujaron a las personas que se habían detenido para ayudarla.

Se pueden escuchar disparos en este vídeo tomado en vivo durante una protesta en Austin, Texas, donde un hombre fue asesinado a tiros. Allí, la policía dijo que un hombre fue asesinado a tiros justo antes de las 10:00 de la noche durante una protesta en el centro de la ciudad.

En un vídeo en vivo de la escena, se ve a los manifestantes marchando por una intersección cuando un automóvil toca la bocina. Segundos después, suenan cinco disparos, seguidos poco después por varios golpes más fuertes.

El hombre que fue asesinado puede haberse acercado a un vehículo con un rifle antes de que lo mataran a tiros, dijo la oficial Katrina Ratcliff.

Agregó que la persona que disparó y mató al hombre había disparado desde el interior del vehículo. Esa persona fue detenida y está cooperando con los oficiales, dijo. Nadie más resultó herido.  INS

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