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Por Rafael Santiago Medina
San Juan, 28 jun (INS).- La tierra en el suroeste de Puerto Rico no deja de temblar. Las dos sacudidas telúricas en la madrugada de hoy ha revivido en los guaniqueños el trauma de los temblores de enero, que los dejaron sin viviendas o con daños estructurales visibles en sus hogares, así como daños en parte de las infraestructuras de municipios de la zona.
La actividad sísmica intensa, a pocos kilómetros al sur de Guánica, entre ellos un sismo de 4.8 grados en la escala de Richter (el más fuerte sentido en más de un mes), y otro de 4.37 grados, con unos tres minutos de diferencia, mantiene en ascuas a gran parte de la ciudadanía, con el temor de que vuelva a ocurrir un sismo de magnitud similar o mayor al de 6.4 grados del 7 de enero de este año, sentido en toda la isla.
El trauma revivido con la actividad sísmica coincide con la temporada de huracanes que recién se inicia y que se ha anticipado pudiera ser bien activa también, igual que la sísmica, y en medio del persistente brote de la pandemia de Covid-19 que amenaza en Puerto Rico con un repunte, luego de haberse disipado considerablemente mediante medidas cautelares sanitarias tempranas al momento de detectarse los primeros contagios.
Este cúmulo de acontecimientos simultáneos que ha tenido que enfrentar el pueblo de Puerto Rico no favorece un buen estado de salud mental en un segmento de la población, cuya ansiedad está causando un fuerte estrés que se hace necesario mitigar de alguna manera, sin todavía haber salido enteramente del encierro domiciliario y del distanciamiento gregario por el Covid-19.
Empero, es en medio de este ambiente que se inicia el debate primarista de los dos principales partidos políticos del país y nos encaminamos a la campaña electoral de los comicios de noviembre próximo para agravar todavía más el estado de ansiedad en la isla. INS
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