P. Rico-Sugieren solución al problema recurrente de sequía y racionamiento del agua potable en el país

Por Rafael Santiago Medina

San Juan, 19 jun (INS).- La Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) ha indicado que con el confinamiento domiciliario el consumo de agua aumentó y, ahora, es mayor con la reanudación casi absoluta de la actividad comercial, como parte de la tercera fase de reapertura económica por la nueva orden ejecutiva.

Puerto Rico tiene un problema de sedimentación de sus embalses que suplen agua potable a la población y la solución más inmediata sería desedimentar los embalses con un trabajo de dragado. Es un proceso complicado, porque el agua se enturbia y hay que resolver el problema de la mala calidad del líquido suministrado por el sistema de acueductos mientras se hace el dragado.

Otra opción a más largo plazo sería construir nuevos embalses. Una solución muy costosa y, simplemente, no hay el dinero para ello. Con el tiempo, tanto de forma más temprana con el dragado o en un lapso más prolongado con los nuevos embalses volvería el problema de sedimentación.

Hay una tercera alternativa: construir plantas de desalinización. Esta alternativa también costosa en su etapa inicial, pero resolvería el problema de abastecer de agua a la población, sin las interrupciones de los períodos de sequía, cada vez más frecuentes, debido al cambio climático.

Siendo Puerto Rico una isla, con 44 pueblos costeros, el agua salina del Océano Atlántico y del Mar Caribe que nos rodean pudieran ser una fuente inagotable de agua que no tiene interrupciones en su suplido al pueblo durante períodos de sequía, por más intensos que sean.

Frente al problema de abasto de agua para beber, se hace cada vez más popular contra el tratamiento de las fuentes de agua salina o salobre a través del proceso conocido como desalinización.

Muchas países ya están recurriendo a la desalinización para evitar la escasez de agua dulce. El proceso puede ser usado para tratar el agua salada del océano o del mar y también para el tratamiento de las aguas subterráneas que tiene concentraciones de sal que la hacen no apta para el consumo humano.

El Servicio Geológico de Estados Unidos define el agua salina según las siguientes concentraciones de sal, expresado en partes por millón: agua dulce, la que tiene menos de 1,000 partes por millón (ppm); el agua ligeramente salina, de 1,000 ppm a 3,000 ppm; el agua moderadamente salina, de 3,000 ppm a 10,000 ppm; el agua altamente salina, de 10,000 ppm a 35,000 ppm; y el agua del océano o de mar, que se aproxima o excede las 35,000 ppm.

A partir de 2002, aproximadamente 12,500 plantas de desalinización en 120 países producían 14 millones de metros cúbicos de agua dulce, según el Servicio Geológico de Estados Unidos. Esto es menos del 1,0% del consumo total mundial de agua.

Las naciones que dependen fuertemente del agua desalinizada son Arabia Saudita, Kuwait, los Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Bahrein, Libia y Argelia.

Estados Unidos es uno de los mayores usuarios de agua desalinizada entre los países industrializados. Las instalaciones se encuentran predominante en California y partes de Florida.

Un estudio de mercado de 2010 realizado por Pike Research prevé que Oriente Medio y África del Norte “seguirán siendo el centro global de construcción de plantas de desalinización”, con Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos, China e Israel como líderes en el mercado mundial para las tecnologías de desalinización.

El estudio también predijo que la capacidad de desalinización en todo el mundo pasará de 76 millones a 126 millones millones de metros cúbicos, entre 2010 y 2016.

La mayoría de los sistemas imita el proceso de la naturaleza para crear lluvia. Una de las primeras formas de desalinización utiliza la evaporación controlada por humanos o destilación de vapor para eliminar la sal del agua. El proceso de destilación también reduce otros contaminantes del agua potable.

Otros tipos de destilación incluyen evaporación de destello de etapa múltiple que, en la década de 1960, fue considerada la tecnología de desalinización a gran escala más accesible; destilación de múltiple efecto y compresión de vapor.

Los métodos que no incluyen destilación abarcan intercambio iónico y procesos como la ósmosis inversa, que utiliza membranas para filtrar la sal.

Una preocupación asociada con la tecnología de ósmosis inversa es la incrustación biológica, la acumulación de microorganismos, plantas o algas en superficies mojadas. La incrustación biológica aumenta tanto el consumo de energía como la frecuencia de limpieza química mediante el uso de carbono y creando un residuo de lodo para desecho. Se están haciendo más investigaciones en nuevos materiales.

Nuevas tecnologías están haciendo la desalinización de agua marina más asequible y disponible con más facilidad. Por ejemplo, ya se diseña sistemas de desalinización de agua de mar con sistemas de recuperación de energía que utilizan intercambiadores de presión o bombas de turbina, reduciendo los requisitos de energía hasta en un 40 por ciento.

La necesidad de utilizar mucha energía eléctrica para el proceso de desalinización era el principal problema de costo que servía de óbice a esta tecnología.

Los métodos de desalación convencionales típicamente dependen en gran medida de instalaciones fijas de energía. Sin embargo, algunas operaciones más grandes pueden ser plantas de cogeneración, aprovechando la energía sobrante de la generación de energía de agua desalinizada.

Un equipo de investigación dirigido por el Departamento de Energía del Laboratorio Nacional Oak Ridge (ORNL, siglas en inglés) está estudiando las membranas de grafeno como una tecnología de desalinización eficiente. Este trabajo de demostración del concepto muestra que el agua de mar puede ser desalinizada mediante una membrana independiente de grafeno, una forma de carbono que tiene un átomo de espesor.

Mientras que las grandes desaladoras requieren una inversión importante de dinero y espacio, los investigadores, incluyendo científicos de MIT, han estado trabajando en soluciones portátiles de bajo costo que proporcionan agua potable después de desastres naturales o en lugares donde no es factible ubicar y construir enormes plantas.

Estas soluciones de desalinización en contenedores también son prácticas para comunidades pequeñas, independientes como bases militares, sitios de construcción y centros turísticos.

Ya existen sistemas de tratamiento descentralizados pequeños que pueden ponerse en funcionamiento rápidamente, permitiendo a los usuarios empezar a producir agua potable en menos de dos meses después de que se identifique la necesidad. Y, dado que es en contenedores, la instalación es fácil, requiriendo construcción mínima.

Se utilizan para ello tecnologías de desalinización probadas en un proceso de tres etapas: filtración de disco, ultrafiltración y ósmosis inversa con un dispositivo de recuperación de energía, reduciendo el consumo de energía en aproximadamente un 30 por ciento.

Los componentes del sistema están instalados en un contenedor en forma de cubo alto de 40 pies de largo. Pueden añadirse otros equipos para procesos de tratamiento posterior para hacer que el agua sea potable o utilizada en procesos industriales.

La necesidad de desalinización se puede ver en todo el mundo, inclusive en Estados Unidos. Puerto Rico no es la excepción. Empero, se necesita voluntad y determinación en un proyecto de país, libre de toda politiquería y corruptelas.  INS

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