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Por Rafael Santiago Medina
San Juan, 5 jun (INS).- En 11 días, 1,331 casos reportados de positivos a Covid-19 en Puerto Rico es motivo para activar las señales de alarma ante el inicio de la nueva fase de apertura a nuevas actividades comerciales y la flexibilización de las restricciones salubristas cautelares.
El anticipo de que se enmendará el horario del toque de queda para acortarlo o hasta quizás eliminarlo levanta una seria preocupación y todo indica que debe producirse un riguroso proceso de observancia y monitoreo a la incidencias de contagios al virus, concomitantes a la reapertura previo a proceder con mayores flexibilizaciones a las restricciones preventivas.
La urgencia de atender las pérdidas económicas que la crisis salubrista provocada por la pandemia impone premuras que incitan a determinaciones precipitadas, sin tener antes certezas de que se ha detenido la incidencia de contagios al Covid-19, habiendo únicamente mediado interpretaciones de los hechos sin tener constancias absolutas.
Debe saber la gobernadora Wanda Vázquez Garced que la responsabilidad de lo que acontezca recaerá, finalmente, principalmente sobre ella y nadie más.
Nadie puede dudar de que existe desesperación económica por las pérdidas habidas en la economía del país, pero la salud del pueblo es un signo de suprema importancia, tanto como el económico. Y para algunos, quizás más, porque sin la salubridad del pueblo jamás podrá haber salud en la economía.
Es una gran disyuntiva la que enfrenta en estos momentos la gobernadora Vázquez Garced, pero esas son las pautas impuestas por las circunstancias del presente histórico que nos ha tocado vivir. INS
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