P. Rico-Convertido en ley el plebiscito de estadidad sí o no, la pregunta que surge es ¿cuál es su trascendencia, careciendo de características vinculantes con poderes congresales en Washington?

San Juan, 16 may (INS).- Firmado por la gobernadora Wanda Vázquez Garced y convertido en ley el proyecto legislativo que da paso a la celebración de un plebiscito de estadidad sí o no para Puerto Rico el 3 de noviembre, la pregunta ahora que ha comenzado a resonar en la opinión pública es ¿qué trascendencia esto puede tener para resolver el problema con la identidad nacional isleña en la relación política con Estados Unidos, careciendo de características vinculantes con los poderes congresales estadounidenses?

“Hoy firmamos la ley para la definición del estatus final de Puerto Rico”, afirmó la mandataria en una conferencia de prensa.

La primera ejecutiva hizo el anuncio acompañada de los presidentes legislativos, miembros de la Asamblea Legislativa y figuras como el exgobernador y líder anexionista Carlos Romero Barceló.

Brilló por su ausencia en la ceremonia la comisionada residente de Puerto Rico en Washington, Jenniffer González Colón, aunque expresó mediante comunicado de prensa que la isla atraviesa un momento de “urgencia” para “lograr la igualdad con el resto de los estados”.

“No podemos esperar más para recibir de Washington el mismo trato que recibe el resto de la nación. En la unión está la fuerza, particularmente en momentos de crisis colectiva. La firma hoy de este proyecto de estatus nos lleva directo a ejercer nuestro derecho de selección en noviembre en conjunto con la elección general. Ya es momento de decirle sí a la Igualdad plena, decirle sí a las oportunidades para nuestra gente humilde, decirle sí a Puerto Rico”, expresó González Colón.

Sin conocerse todavía el coste de la celebración del plebiscito (la gobernadora Vázquez Garced tampoco reveló la cantidad que asignaría para llevar a cabo el proceso de consulta plebiscitaria), lo que sí es notoriamente cierto es la carencia de un vínculo consecuencial de la consulta al electorado puertorriqueño con el Congreso de Estados Unidos, el cual mantiene secuestrada la soberanía del pueblo de Puerto Rico desde la invasión de las tropas estadounidenses a Puerto Rico en 1898.

Verdadero también es que el presidente Donald Trump y el presidente del Senado de Estados Unidos, Mitch McConnell, han rechazado la estadidad como solución al problema colonial de Puerto Rico. “Mientras sea el líder de la mayoría republicana, nada de eso va para ningún lado”, ha dicho McConell.

Dirigentes independentistas y del ala soberanista del Partido Popular Democrático (PPD) han expresado que si verdaderamente la gobernadora Vázquez Garced y el liderato anexionista desea resolver el problema colonial de Puerto Rico, lo que debe estatuirse es una Asamblea Constitutiva de Estatus que redacte diferentes alternativas acerca de fórmulas políticas de relación con Estados Unidos para que, partiendo de ahí, las instancias de poder en Washington determinen qué están dispuestos a otorgar resolutivamente.

En momentos de crisis como los que vive Puerto Rico, los dirigentes independentistas y soberanistas infieren que la Asamblea Constitutiva de Estatus justifica mejor un gasto fiscal que la inconsecuencia de la consulta plebiscitaria propuesta para noviembre, pues resulta ser más bien un derroche de las arcas públicas.  INS

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