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Por Rafael Santiago Medina
San Juan, 6 may (INS),- La eliminación mutante de un gen del Covid-19 pudiera indicar que el virus se está debilitando, pero todavía no se puede cantar victoria, ha descubierto una investigación de la Universidad Estatal de Arizona (ASU).
Investigadores de esa institución universitaria notaron en su análisis una nueva mutación del coronavirus COVID-19. La mutación consiste en una eliminación de ADN en una muestra de virus de un paciente en Tempe, que es similar a una mutación que ocurrió en el virus del síndrome respiratorio agudo severo (SARS) de 2003 cuando comenzó a debilitarse.
En el estudio de ASU, los investigadores utilizaron una nueva tecnología en el Centro de Genómica de la institución académica conocida como secuenciación de próxima generación para filtrar el genoma del SARS-CoV-2, el virus que causa COVID-19.
El gen ORF7a produce una proteína accesoria que ayuda al virus a infectar y replicarse dentro del cuerpo humano.
Se cree que la proteína ayuda al virus a evitar el sistema inmune, permitiendo que se replique y mate la célula antes de propagarse a otros.
La eliminación del gen que produce la proteína sugiere, por lo tanto, que el virus puede estar debilitándose.
“Una de las razones por las cuales esta mutación es de interés es porque refleja una gran supresión que surgió en el brote de SARS de 2003″, dijo Efrem Lim, investigador de ASU y autor principal del estudio, y en las últimas etapas de la epidemia de SARS, el virus sufrió mutaciones que lo debilitaron.
El coautor del estudio Matthew Scotch manifestó, sin embargo, al New York Post que es demasiado pronto para afirmar definitivamente que el Covid-19 se está debilitando, puesto que podría transmitirse sin tener porciones completas de su material genético.
Este estudio se produce después de que un informe publicado el 30 de abril por científicos del Laboratorio Nacional de Los Alamos (LANL), en Nuevo México, mostró una nueva cepa de coronavirus Covid-19, que es más dominante y contagiosa que las variedades anteriores.
Según los investigadores, la nueva cepa apareció por primera vez en febrero en Europa y luego emigró a la costa este de Estados Unidos.
Los funcionarios señalaron que la cepa, denominada pico de mutación D614G, ha sido la cepa dominante COVID-19 del mundo desde mediados de marzo. INS
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