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Por Rafael Santiago Medina
San Juan, 21 feb (INS).- La matanza de nueve personas al oeste de Alemania en dos tiroteos sucesivos a bares por un ultranacionalista xenófobo es evidencia de la toxicidad maligna de las políticas neofascistas que están despertando peligrosamente en Europa y que parece estar dando señas de vida en Estados Unidos.
Hanau, una ciudad de unos 100,000 habitantes donde se produjo en la noche del miércoles el incidente lamentable, queda a cerca de 20 kilómetros de Fráncfort. El autor de los disparos, de 43 años, de nacionalidad alemana, fue hallado muerto junto a su madre de 72 años, ambos con heridas de bala. Con el autor de la masacre y su madre, suman 11 las muertes por el suceso. Cinco de los muertos eran de nacionalidad turca.
Numerosos indicios apuntan a una motivación ultraderechista, racista y de odio a la otredad étnica que no sea germana. El atacante, que poseía tres pistolas, dejó escrita una carta de 24 páginas y publicó un vídeo en el que mezcla teorías conspirativas y delirios con arengas xenófobas.
Se trata de un relato biográfico en el que arranca con su nacimiento y explica cómo empezó a sentirse vigilado por los servicios secretos, con agentes “capaces de leer la mente”. Después, entra de lleno en ataques contra diversos grupos étnicos y concluye que “aniquilar” a pueblos enteros de hasta 24 países de África y Asia es la solución.
En un vídeo del terrorista ultranacionalista se expresa en un perfecto inglés “a todos los estadounidenses”, la advertencia fantasiosa de que Estados Unidos está “controlado por sociedades secretas invisibles” que utilizan “métodos maléficos y desconocidos como el control mental”.
También asegura que en EEUU existen instalaciones militares subterráneas en las que se maltrata y se mata a los niños: “En algunas de estas alaban al mismísimo diablo. Abusan, torturan y matan a niños pequeños en cantidades increíble, y esto ocurre desde hace mucho tiempo”.
El ataque terrorista de xenofobia en Hanau no es un caso aislado. El pasado octubre, un hombre abrió fuego contra una sinagoga en Halle, al este de Alemania, y mató a dos personas. Además, en junio del pasado año, el político conservador Walter Lubke fue asesinado a tiros en la terraza de su casa por un ultraderechista también en el Estado de Hesse. Entre 2000 y 2006, el grupo neonazi NSU mató a nueve extranjeros en la nación. INS
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