P. Rico-¿Cuán importante sigue siendo Puerto Rico para Estados Unidos? (Análisis)

Por Rafael Santiago Medina

San Juan, 6 feb (INS).- Se ha convertido en hipótesis de analistas políticos la concomitancia en su política y economía de que Puerto Rico haya perdido importancia como bastión militar estratégico de Estados Unidos en el Caribe y como centro de operaciones castrenses para la protección geopolítica en el Atlántico Sur.

No queda una sola base militar en Puerto Rico, excepto Buchanan en el área metropolitana de San Juan, que se limita a una escuela para hijos de agentes del FBI (Negociado Federal de Investigaciones) y altos funcionarios federales en territorio isleño, además de un puesto comercial de abastos a los pocos militares que quedan, ejecutivo de organismos castrenses vinculados a la seguridad nacional en la posesión colonial caribeña y veteranos puertorriqueños de las Fuerzas Armadas o miembros de la Guardia Nacional y la Reserva del Ejército.

Se baraja el argumento entre analistas de que el bienestar de Puerto Rico tiene ya poca importancia para Estados Unidos, puesto que carece en estos momentos de trascendencia geopolítica para los intereses estadounidenses, terminada la guerra fría y trasladada la atención estratégica a otras regiones geográficas del mundo. Con sus 12 bases militares en Panamá, 9 en Colombia y 8 en Perú, Estados Unidos puede atender el control y vigilancia militar de Latinoamérica, adentrado en las entrañas de esta región.

La falta de atención adecuada por parte de las autoridades estadounidenses a la crisis económica y fiscal que atraviesa Puerto Rico, más allá de garantizar un arreglo de pago a la deuda con Wall Street mediante la designada desde Washington Junta de Control Fiscal, un supragobierno para todos los efectos prácticos en territorio colonial, es un síntoma que ha pasado a ser parte del análisis académico que se hace actualmente.

Por ser geográficamente una isla rodeada por el Océano Atlántico al norte y por el Mar Caribe al sur, Puerto Rico fue utilizado como estratégico bastión naval de la Armada de Estados Unidos, con la base Roosevelt Roads en el extremo oriental isleño y un aledaño polígono en la isla-municipio de Vieques y anteriormente, también, en la isla-municipio de Culebra, cuyo constante bombardeo de práctica fue objeto de debate político que el independentismo puertorriqueño divulgó internacional como reclamo de lucha anticolonial.

Pasando ahora la importancia estratégica principal al dominio del espacio militar aéreo en control de la Fuerza Aérea, el Navy estadounidense pasa a un segundo plano estratégico en la tecnología castrense, por lo que Puerto Rico y el área caribeña dejó de tener también importancia estratégica, luego de finalizada la guerra fría y la amenaza de Cuba como aliada de la Unión Soviética.

Cómo esto incide ha incidido para que se esté suscitando una inusual fricción entre políticos puertorriqueños partidarios del actual estatus político isleño con funcionarios federales del gobierno estadounidense y el presidente Donald J. Trump, debido a la pobre atención a la situación de emergencia, asignación insuficiente de ayudas federales y una ralentización en los desembolsos de ellas para mitigar la devastación habida en Puerto Rico por los dos eventos catastróficos del huracán María y una prolongada actividad sísmica con un terremoto de 6.4 grados en la escala Richter es un asunto que está bajo la mira de analistas y académicos de este país caribeño intervenido política y económicamente desde Washington.

Se ha trabado una controversia entre el presidente Trump junto a funcionarios federales bajo su administración gubernativa y tecnócratas y políticos puertorriqueños que ha acaparado la opinión pública sobre cuán arraigada está la corrupción en el gobierno de Puerto Rico y si la cleptocracia isleña limita la buena utilización de las transferencias de fondos y ayudas federales.

Este nuevo panorama situacional en Puerto Rico está perfilando un nuevo enfoque de discusión política bajo la presidencia de Donald Trump en la metrópolis imperial. Estando latente la posibilidad de que Trump revalide en las próximas elecciones en Estados Unidos, en cuyo proceso eleccionario los puertorriqueños residentes en territorio colonial puertorriqueño no tienen derecho a sufragar, de consumarse este hecho podría muy bien redefinir el estatus de la relación política de Puerto Rico con Estados Unidos en el próximo cuatrienio.

Algunos independentistas ven, así, como favorable a la descolonización y a la independencia de Puerto Rico que el presidente Trump y su política xenófoba y ultranacionalista revaliden en las próximas elecciones en Estados Unidos. INS

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