P. Rico-Prevalece la indignación, pero también confusión en el pueblo (Análisis)

Por Rafael Santiago Medina

San Juan, 22 ene (INS).- Hay indignación, pero también mucha confusión en el pueblo. La consigna que se escuchan en las manifestaciones de protesta por el asunto de los abastos de emergencia ocultados en almacenes del Negociado de Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (Nmead) y no distribuidas a los damnificados del huracán María y ahora a los afectados por los terremotos es “¡Wanda, renuncia!”.

Las manifestaciones multitudinarias del pueblo forzaron con su reclamo la renuncia del anterior gobernador Ricardo Rosselló Nevares.

Se fue Rosselló Nevares y la sucedió Wanda Vázquez Garced, quien continuó una orientación ideológica de gobernanza, con los mismos vicios de prevaricación en la atención de una nueva situación de emergencia, pero con otra cara en La Fortaleza.

Y ahora, a quien el pueblo pide la renuncia es a la actual gobernadora Vázquez Garced.

De imponerse el reclamo en las manifestaciones que parecen ir creciendo, entonces sucederá a Vázquez Garced en la gobernación el actual secretario de Estado, Elmer Román González, cuya confirmación está pendiente por la Cámara y el Senado. ¿Qué cambiaría? Nada. Simplemente habría otra nueva cara con las mismas ideas en La Fortaleza.

Lo que Puerto Rico necesita es un golpe de timón que cambie la visión de gobernanza y que redirija al país por un nuevo camino. Es un cambio sistémico no de caras lo que Puerto Rico necesita. La sucesión de renuncias en la gobernación, que no cambian los estilos de gobernanza, es una futilidad.

Tiene que cambiar el cariz de las protestas y manifestaciones mediante reclamos de verdaderas transformaciones en el sistema y no de meros cambios de rostros en La Fortaleza. El enfermo es el sistema bajo las sábanas que lo cubren. Por lo tanto, la enfermedad no está en la sábana.

La ocultación de los abastos de emergencia en el almacén de La Guancha y en otros almacenes dispersos en otros lugares de Puerto Rico tuvo una razón ideológica de intereses económicos.

Lo que se estaba protegiendo al detener la distribución de los abastos de emergencia era al comercio local, entre cuyos comerciantes y empresarios están los contribuyentes que financian las campañas políticas del partido en el gobierno.

Entregar ayuda de emergencia a los damnificados provista desde Washington por la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) es considerado por esos intereses empresariales y comerciales como perjudicial para las potenciales ventas del comercio local.

El razonamiento hecho era que reduciría significativamente las compras en el comercio de Puerto Rico de esos artículos de subsistencia para mitigar individualmente la crisis y el comercio local no se beneficiaría.

Incidió en la determinación de detener la repartición de los suministros de emergencia la política neoliberal que se ha arraigado profundamente en la institucionalidad gubernativa de Puerto Rico y que propugna el achicamiento del gobierno y reducir el gasto fiscal.

En concordancia con esa ideología prevalece la noción de que los ciudadanos tienen que asumir la responsabilidad de resolver sus propios problemas y no depender del Estado.

Esta concepción ideológica del neoliberalismo la explica el filósofo francés contemporáneo Étienne Balibar, quien teoriza que la nueva concepción del Estado, como el instrumento social de ordenamiento y control de la sociedad bajo el neoliberalismo, “dirige y controla a sus súbditos sin responsabilizarse de ellos”.

Es lo que los sucesos recientes con los abastos de emergencia enajenados en almacenes de las necesidades del pueblo por la crisis del huracán María y de los recientes terremotos demuestran.

De modo que la suma de intereses económicos comerciales que ven como una amenaza a sus ventas la repartición de abastos traídos desde Estados Unidos y suministrados por FEMA conjuntamente con la nueva concepción neoliberal de que la gente por sí misma o a través de entidades cívicas y las ONG ciudadanas es la responsable de suplir sus necesidades sin depender del gobierno pudieran muy bien explicar el ocultamiento de los abastos de emergencia en los almacenes de Nmead, mientras hay mucha gente necesitada de ellos por los recientes eventos catastróficos.

Pedirle cuentas a la gobernadora Vázquez Garced, más allá de lo fáctico en términos legales de lo que revela la investigación encomendada por ella, tiene que trascender y adentrarse en las causas que ocasionaron el efecto traducido en el prevaricato concerniente al manejo irresponsable de los abastos de emergencia y todo el entramado ideológico de gobernanza de los partidos que se han turnado en el poder durante los últimos años en Puerto Rico. INS

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