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El resurgimiento de protestas ahora contra el gobierno de Wanda Vázquez Garced. Inter News Service
Por Rafael Santiago Medina
San Juan, 21 ene (INS).- El filósofo alemán Hegel ((1770-1831) decía que los grandes hechos de la historia universal aparecen dos veces. Carlos Marx (1818-1883) complementó ese análisis histórico afirmando: “La historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa”.
La historia del verano de 2019 que forzó la renuncia del entonces gobernador Ricardo Rosselló Nevares se repite con su sucesora constitucional en la gobernación, Wanda Vázquez Garced, pero ahora en la presente época invernal, como se evidenció este lunes con protestas frente a La Fortaleza, en el Viejo San Juan, y el Capitolio, en el sector de Puerta de Tierra.
En aquella ocasión del verano de 2019, incidió en los sucesos históricos la ineptitud y negligencia gubernamental para lidiar con la devastación del huracán María y un mal manejo con propósitos politiqueros de las vagones de abastos de emergencia guardados en los predios de la Comisión Estatal de Elecciones (CEE), sin que se distribuyeran con premura para satisfacer las necesidades urgentes de los afectados por la devastación.
Ahora en el invierno de 2020, se repite una situación más o menos igual con la presente actividad sísmica y dos terremotos de gran magnitud e intensidad en el suroeste de Puerto Rico y un similar mal manejo de los abastos para que los damnificados mitiguen la crisis catastrófica.
Comienzan a cuajarse expresiones de protestas callejeras pidiendo la renuncia de la gobernadora Vázquez Garced y la ahora llamada Calle de la Resistencia en el Viejo San Juan, aledaña a La Fortaleza, vuelve a ser el escenario de manifestaciones de protesta. Comienza a dejarse sentir en la calle la indignación del pueblo puertorriqueño.
La historia en Puerto Rico vuelve a repetirse, no ya como tragedia, sino como sainete. Un sainete que parodia lo burdo y grotesco de una insensatez repetida, un igual prevaricato y negligencia que ha defraudado las esperanzas que en algún momento de su breve mandato el pueblo depositó en la gobernadora sucesora Vázquez Garced.
El sainete actual de esta segunda ocasión en que se repite la historia es, como bien pronosticó Marx en su análisis, “una farsa miserable” y las ejecutorias de la administración gubernamental de Vázquez Garced en su intento de lidiar con los sucesos de infortunio imprevistos parecen no dejan opción para otra cosa que la indignación del pueblo.
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