P. Rico-Devanarse los sesos buscando respuestas a la prevaricación (Análisis)

Por Rafael Santiago Medina

San Juan, 19 ene (INS).- Devanarse los sesos tratando de encontrar una explicación. Hallar el porqué del prevaricado con los abastecimientos de ayuda de emergencia a los damnificados por el huracán María o por los terremotos del 6 y 7 de enero reciente que no se distribuyen y los funcionarios gubernamentales a cargo prefieren que se dañen y deterioren apilados en un almacén.

Cavilar intensamente y a la postre, terminar concluyendo que no hay forma de encontrar una respuesta lógica a la pregunta.

¿Por qué un gobierno no es capaz de cumplir con una función ministerial de proveer artículos de emergencia a la población que en efecto tiene disponibles en momentos de crisis por una devastación imprevista ocasionada por un fenómeno de la naturaleza, cuando eso lo que denota es una gobernanza eficiente para beneficio de los administradores gubernativos de turno?

Se agolpan las preguntas: ¿Qué se pretende demostrar con ello? ¿Acaso no será inducir a pensar a la gente que bajo el Estado Libre Asociado (ELA) colonial una intervención federal responsiva de ayuda de emergencia no es posible y se necesita la estadidad para ello?

Puede llegarse a lo aparentemente absurdo en el cuestionamiento, pero es que la negligencia y prevaricación de una falta de ejecutorias responsivas básicas e inmediatas que estaba a la mano ante la presente situación de emergencia es verdaderamente absurda.

Ante lo absurdo, lo mejor es hacerse preguntas absurdas concordantes a esa realidad.

Ciertamente, se hace muy difícil encontrar una respuesta cuerda y lógica al prevaricato y negligencia con el manejo gubernamental en Puerto Rico de los abastos de emergencia provistos por la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA).

Es que se hace inconcebible que pueda haber una incompetencia administrativa de tal magnitud al presente en Puerto Rico; que nuestra capacidad de gobernanza haya degradado tanto en tiempos cuando se supone haya un mayor nivel educativo y avances tecnológicos al alcance de un país que blasona de haber alcanzado el progreso.

Aquella idea de que los puertorriqueños disfrutamos del progreso que se vive en Puerto Rico bajo la bandera de Estados Unidos y del que carecen muchas repúblicas de Latinoamérica parece que se desvanece ante nuestros ojos como un mendaz espejismo que habíamos creado fantasiosamente.

El pueblo de Puerto Rico ha tenido que hacer realidad bajo adversas circunstancias de prevaricación del gobierno, incompetencia de nuestros gobernantes y negligencia que raya en lo criminal la consigna cada vez más válida “sólo el pueblo salva al pueblo”.

Validan esa consigna las ejecutorias de entidades sin fines de lucro, las ONG y la acción cívica que han sido efectivas en hacer llegar la ayuda necesaria que ha sido una tabla de salvación y, sin lo cual, los damnificados por los terremotos del 6 y el 7 de enero recientes hubieran quedado desamparados. INS

rsm/ndc