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Por Rafael Santiago Medina
San Juan, 3 ene (INS).- La amenaza que ha hecho el gobierno iraní de que “Irán dará a Estados Unidos una lección que (Donald J.) Trump y todos los próximos presidentes de este país no olvidarán” no debe tomarse como una simple bravata.
Irán es una potencia militar temible, cuya alianza con China y Rusia en la región del Golfo Pérsico no puede mirarse con desdén y desprecio.
Además, en la Umma islámica chií (la comunidad internacional musulmán del chiismo), Irán tiene una gran y abarcadora influencia global.
El movimiento Hezbolá iraquí, que forma parte de las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe), ha advertido a Estados Unidos que pagará el precio del asesinato del general iraní Qassem Soleimani y de Al Mohandes, y con estos asesinatos ha sellado el fin de su presencia militar en Irak.
“No hay duda de que este crimen será el principio del fin para la presencia estadounidense en Irak y la región, y una promesa de nosotros; el precio de este crimen será, como mínimo, destronar a EEUU de Irak y de la región”, ha resaltado el Movimiento de Resistencia Islámica de Irak, conocido como Kataeb Hezbolá en un comunicado.
Este acto, considerado como “terrorismo de Estado” ha sido catalogado por el grupo Hezbolá iraquí de “punto de inflexión peligroso” que “puede llevar por sus repercusiones a un deslizamiento hacia una guerra”.
Por su parte, el movimiento popular yemení Ansarolá advierte que la sangre del general iraní Soleimani “perseguirá a Washington más que nunca”.
Con estos ejemplos puede inferirse la globalidad abarcadora y extensa por el mundo de la Umma islámica chií, a lo que se suma expresiones de la relatora especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre Asesinatos Selectivos y Ejecuciones Extrajudiciales, Agnes Callamard, en cuanto a que los asesinatos del general Soleimani y del iraquí Mohandes fueron “selectivos, ilegales y violan el derecho internacional de los derechos humanos”.
Conforme a su opinión, estos asesinatos están “fuera del contexto de hostilidades activas, el uso de drones u otros medios para asesinatos selectivos casi nunca es legal”.
Además, Callamard ha alertado a EEUU sobre “la responsabilidad del Estado y la responsabilidad penal individual” que puede enfrentar por este “asesinato con drones” en virtud de las leyes de derechos humanos. INS
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