P. Rico-Consterna lo que le depara a Assange en la prisión (Análisis)

Por Rafael Santiago Medina

San Juan, 2 ene (INS).- El encarcelamiento de Julian Assange, fundador de WikiLeaks, producto del contubernio entre Washington y Londres, es un atentado al ideario de la democracia en el mundo.

Las denuncias del periodista Vaughan Smith de que su amigo Assange, quien está encarcelado en la prisión de máxima seguridad de Belmarsh, en Londres, es mantenido en confinamiento solitario durante 23 horas al día, sedado continuamente e impedido de comunicarse con sus abogados estadounidenses son estremecedoras y compunge a quienes valoran el respeto a los derechos humanos. 

Smith dijo haber mantenido conversación telefónica con Assange en víspera de Navidad y que se oía “muy mal”, ocasión en que le confesó que estaba “muriendo lentamente” allí.

En sus denuncias lanza la acusación de que no únicamente es mantenido en confinamiento solitario 23 horas al día, sino que es sedado continuamente.

En la conversación que Smith sostuvo con Assange, lo notó con “dificultades para hablar y hablaba lentamente”.

Aunque Smith dice que Assange no le dijo en ese momento que estaba siendo sedado, “esto pareció bastante obvio”.

Alarma cuando no es únicamente el periodista Smith quien hace la denuncia, sino que el relator especial sobre tortura de la ONU, Nils Melzer, revela que el fundador de WikiLeaks está siendo sometido en la prisión a torturas psicológicas que constituyen “un peligro para su vida”.

Explicó que violan sistemáticamente sus derechos procesales, no le permiten comunicarse con sus abogados estadounidenses y se le somete a una vigilancia extrema las 24 horas que lo ha vuelto “muy vulnerable”.

Esta práctica de tortura psicológica ha sido descrita por Melzer como acumulativamente peligrosa al provocar una hiperestimulación nerviosa constante y, por ende, un colapso circulatorio, la crisis nerviosa y hasta la muerte.

Assange fue detenido el pasado 11 de abril por la policía británica tras permanecer siete años en la Embajada de Ecuador en Londres.

La operación tuvo lugar luego de que el gobierno de Lenín Moreno le retirara la condición de asilado diplomático.

Tras el arresto del activista, Washington anunció una acusación en su contra por presunta conspiración.

El pasado 23 de mayo, Estados Unidos le imputó 17 nuevos cargos, entre ellos violación de la Ley de Espionaje, lo que podría valerle una condena de hasta 175 años de prisión.

La audiencia final sobre la extradición de Assange a Estados Unidos se celebrará en febrero de 2020.

Tanto el gobierno británico como Estados Unidos son responsables de la seguridad e integridad física de Assange y de que en todo este proceso carcelario en lo que espera el juicio de extradición a Estados Unidos reciba un trato justo y se garanticen sus derechos.

Muchos en el mundo estiman que es una lástima que el prestigio de los modelos sistémicos de democracia de los que blasonan defender Washington y Londres y que han pretendido imponer mediante la fuerza bélica en el mundo se encuentren en entredicho con el caso de Assange.

¿Qué puede esperarse del trato en prisión en Estados Unidos con una sentencia de 175 años, de prevalecer las acusaciones de espionaje contra él? INS

rsm/ndc