P. Rico-Charbonier visita cárcel en Texas en búsqueda de alternativas para mejorar el sistema correccional en la isla

San Juan, 28 oct (INS).- La representante María Milagros Charbonier viajó en los pasados días a Texas, donde visitó la cárcel Darrington Unit en Rosharon, Brazonia, donde sostuvo reuniones con ejecutivos del penal y realizó una vista ocular para estudiar la manera en que opera, los servicios que se ofrecen a los confinados, y recopilar información que sirva para mejorar el sistema correccional en Puerto Rico.

Durante su visita, Charbonier tuvo la oportunidad de inspeccionar la estructura del lugar -que data de 1917- y que, a su juicio, se encuentra en óptimas condiciones, “marcando una gran diferencia entre los penales de la isla, que datan de los años ’70 o menos, y que no proveen un lugar seguro ni para los empleados del Departamento de Corrección, ni para los confinados”.

Añadió que la cárcel de Texas cuenta con un sistema de alta tecnología, similar al utilizado en los aeropuertos, para los registros no sólo de los visitantes y los confinados, sino para todo el personal ejecutivo y administrativo que labora en la institución. Adicionalmente realizan inspecciones diarias con los llamados K-9 para evitar el trasiego de drogas u otros materiales ilegales.

“En la Comisión de lo Jurídico hemos realizado vistas oculares en varias instituciones carcelarias en Puerto Rico y hemos visto las precarias condiciones en las que trabajan los oficiales correccionales y en las que viven los confinados. Ya es hora de que Puerto Rico sea ejemplo de un sistema carcelario de primer orden, que garantice derechos a trabajadores y confinados”, señaló la representante.

Charbonier explicó que durante su visita los directivos de Darrington Unit le explicaron cómo el sistema que administran le ofrece al confinado escoger el estilo de vida y los privilegios que recibe mientras cumple su condena.

Aunque la institución recibe confinados de mínima, mediana y máxima seguridad, cuenta con barberías, lavanderías, fábrica de gomas de camiones, escuela de cursos vocacionales, iglesia, todo manejado y cuidado por los mismos confinados.

“Me sorprendió mucho el sentido de pertenencia que le dan al confinado. Ha sido una de las cárceles más limpias que he visitado en mi vida, la limpieza está bajo responsabilidad de los presos. Era increíble la paz, la tranquilidad y el respeto que se respiraba en ese centro. Pude ver a los confinados hacer sus propios uniformes, lavar y planchar los uniformes de los oficiales, y realizar con orgullo otras tareas”, agregó.

Charbonier también hizo un llamado a la Junta de Supervisión Fiscal para que devuelva al Departamento de Corrección y Rehabilitación el dinero que generan sus contratos de servicios a los municipios, para que puedan mejorar los sistemas de seguridad en las cárceles, las condiciones de trabajo de los oficiales correccionales, y los confinados puedan cumplir sus condenas en un lugar digno.

Por último, la representante recalcó que el traslado a Texas, así como su estadía, fue pagado con su propio dinero y no con fondos públicos. INS

aa