P. Rico-Es crucial mantener la fe más allá de la crisis del país

Monseñor Roberto González Nieves recalcó la importancia de la alegría de la conversión, que supone inundarnos con la dulzura de Dios. Inter News Service/Zulma N. Rivera

Por Zulma N. Rivera

San Juan, 19 abr (INS).- No importan las crisis que enfrentemos es necesario mantener la fe, destacó el Arzobispo Metropolitano de San Juan, Roberto O. González Nieves, durante la misa solemne que conmemoró la institución de la eucaristía, según la tradición cristiana.

Ante una Catedral de San Juan repleta de feligreses, González Nieves tuvo a cargo la homilía, centrada en una reflexión sobre la humildad de Jesús al compartir la última cena, previo a su detención por los soldados romanos.

González Nieves lavó los pies a miembros de la comunidad que representaron a los doce apóstoles, como parte del ritual del Triduo Pascual, que culmina con la adoración del Santísimo.

El arzobispo encabezó la procesión hasta un área de la catedral, donde se levantó se levantó el monumento de adoración de la Vigilia Pascual.

Parte de los asistentes a la misa del Jueves Santo acompañaron a González Nieves a la tradicional visita a los siete monumentos en los que se reflexiona sobre la pasión y muerte de Jesús con una procesión desde la catedral hasta los altares de la capilla del Convento de las Siervas de María, la Capilla del Cristo, la Iglesia Santa Ana, la Parroquia San Francisco de Asís, la capilla del antiguo seminario de San Ildefonso y la Iglesia San José, donde culminó el ritual.

Durante la tarde del Viernes Santo en la catedral se llevó a cabo el Sermón de las Siete Palabras, el Vía Crucis viviente, que culmina con la recreación de la crucifixión frente al histórico templo capitalino.

Al atardecer, por las calles adoquinadas se efectuó la procesión de La Soledad, que recuerda el encuentro de la Virgen María con el cuerpo de su hijo tras ser bajado de la cruz, tradición también conocida como el paso de La Dolorosa.

Con motivo a la Semana Santa, González Nieves ha recalcado la importancia de la alegría de la conversión, que no significa olvidarse de todo ni de todos, ni de hacer cosas extraordinarias, sino que supone “inundarnos con la dulzura de Dios” para actuar movidos por el amor, la caridad y la solidaridad.

El líder católico ha planteado que el rostro transfigurado de Cristo en su cruz lo debemos ver en los rostros de las personas que sufren de hambre, soledad, violencia, maltrato, desesperación, agresión sexual, injusticias y pobreza.

Ese rostro, como cristianos y cristianas, estamos llamados a socorrerlo para practicar las bienaventuranzas con el prójimo, según las enseñanzas de Jesús. INS.

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