R. Dominicana-Obispos católicos se comprometen a mantener la lucha contra la corrupción, la violencia, el tráfico de armas, el narcotráfico y la explotación de los recursos naturales

Santo Domingo, 16 ene (INS).- La Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) se comprometió a mantener la lucha contra los males sociales que afectan al país, como son los altos niveles de violencia, la sexualidad desordenada, apatía, ausencia de apasionamiento y temor de participar en las jornadas para la construcción de un porvenir colectivo de paz por parte de la juventud.

Los obispos católicos que conforman ese organismo reafirmaron su propósito de ser, junto a los jóvenes, “la voz de quienes no la tienen ante los líderes nacionales, denunciando la corrupción, el tráfico de armas, el narcotráfico y la explotación de los recursos naturales, e invitando a la conversión a quienes son responsables”.

Asimismo, piden perdón a los jóvenes y familias afectadas por “anti-testimonios” de miembros de la Iglesia, tras reconocer que en su seno hay “luces y sombras”

La posición se dio a conocer anoche en su Carta Pastoral titulada “Escuchar y acompañar a los jóvenes en un proceso de discernimiento”, en la que expresó su preocupación por el incremento de muertes en la población juvenil a causa de suicidios, homicidios y accidentes de tránsito.

La reflexión, emitida con ocasión de la festividad de la Virgen Nuestra Señora de La Altagracia, que se celebra el próximo 21 de enero, invita a la juventud a “ser la voz que clama en medio de la sociedad, denunciando los males de su ambiente, y con su conducta cambiar a los demás jóvenes para preparar los caminos del Señor”, tal como anima el papa Francisco.

Los religiosos católicos indican que se unen a los jóvenes en esta misión, con el compromiso de fortalecer la promoción de la vida social, económica y política orientada a la justicia, solidaridad y la paz.

La Carta Pastoral destaca el protagonismo de la juventud en la historia de la nación dominicana y la inclusión en la sociedad de aquellos con capacidades especiales.

“Estos jóvenes especiales nos muestran con su fuerza de voluntad cómo superar los límites de la vida y en ellos descubrimos una gran belleza humana y un gran amor al valor de la vida”, agrega el documento.

Refiere que “nuestra República nació por las ideas e iniciativas de Juan Pablo Duarte y un grupo de jóvenes, los Trinitarios. Duarte, tenía 25 años de edad; Juan Isidro Pérez 21, y Pedro Alejandro Pina había cumplido solo 18 años”.

Los obispos llaman también la atención a los padres, a quienes recuerdan su deber acompañar a sus hijos en el proceso de formación, al asegurar que la familia es fundamental, pues los padres acompañan, orientan, guían, transmiten valores y creencias, además de que educan a sus vástagos en la fe.

Asimismo, exhortan a los sacerdotes, religiosos y religiosas, educadores, catequistas, líderes y coordinadores de grupos y movimientos apostólicos a continuar colaborando en ese proceso.

“Que debilidades de algunas personas de nuestra comunidad eclesial no les desanimen. Que la fragilidad y los pecados no sean la causa de perder su confianza. La Iglesia es su madre, no les abandona y está dispuesta a acompañarles por caminos nuevos”, manifestaron.

El documento, emitido  con el propósito de hablar a los jóvenes desde su realidad, también hace referencia a la amplia labor educativa en favor de ese segmento de la población desarrollada por la iglesia Católica, “cuyos esfuerzos han aportado a su formación humana, moral y espiritual; al desarrollo de su liderazgo, descubrimiento de sus talentos, cultivo de la fraternidad, servicio y amor al prójimo”. INS

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