P. Rico-Rinden homenaje a 50 años de su muerte al inolvidable bolerista Cheíto González

A más de medio siglo de su muerte, Cheito González sigue siendo recordado por su voz melodiosa y su amplio legado musical, tal como manifiesta su hermana Carmen Sonia. Inter News Service

Por Tania Polanco

Especial para Inter News Service

Arecibo, 3 dic (INS).- Un homenaje a ritmo de bohemia y fiesta de pueblo reunió a músicos, artistas, amigos y funcionarios del municipio de Arecibo para recordar el legado del cantante, compositor y guitarrista puertorriqueño Cheíto González.

“Esto es una tradición que venimos haciendo desde hace 40 años; empezamos en el cementerio y seguimos al Paseo de Diego de Arecibo. Para nosotros, Cheíto no ha muerto. Cheíto tiene una mística que ha quedado congelada en la mente de las personas”, sostuvo Tito Correa, presidente del Club de Cheistas Arecibeños.

Destacó que González, conocido como “El Jilguero Arecibeño”, es una figura icónica para el bolero de todos los tiempos con aportes invaluables por su calidad y amplia producción musical.

“Su voz natural es única, por su gran versatilidad, potencia y afinación. Tenía también una dicción impecable y una magia especial para el bolero”, expresó.

Por esas razones, la voz y las canciones de Cheíto —a 56 años de su muerte— siguen resonando en el tiempo con su huella indeleble, reiteradamente solicitadas en emisoras y en las velloneras de todo Puerto Rico.

Tito Correal, líder cívico y deportivo arecibeño, sostiene que el legado musical del cantante trasciende su origen arecibeño.

“En los años 50 la voz de Cheito ya era famosa en Nueva York y luego en México, la meca de la canción romántica. Y siendo de esa época llegó a grabar unas 300 canciones con distintos tríos y orquestas, en una carrera artística de solo 12 años, porque murió a destiempo, a los 27”, relata Correal.

El homenaje a Cheito González en el cementerio municipal trajo música de trío a los asistentes.

El alcalde de Arecibo, Carlos Molina, encabezó  la actividad realizada en la plaza pública del pueblo.

INOLVIDABLE CANTANTE POPULAR

En el mundo de la canción catalogan a Cheito González como uno de los mejores cantantes populares puertorriqueños del siglo 20.

Una estatua del cantante parece mirar a todos, desde su sitial en el Coliseo de Arecibo. A sus pies, la hermana menor de Cheito, Carmen Sonia Velázquez, lo mira sin poder evitar conmoverse.

“¿Qué siente?”, le preguntó la agencia Inter News Service (INS) al observarla.

“Es una mezcla de emociones, en distintas vertientes”, explicó a la periodista, mientras acudía al cementerio municipal donde aguardaban fanáticos, representantes del municipio y seguidores del artista.

Cuando Carmen Sonia nació su hermano Cheito tenía 17 años y ya estaba sobre el escenario.

“Recuerdo que llegaba a casa y lo veía como un hombre grande. Todos hablaban de Cheito, que era un artista. Yo cantaba sus canciones siendo una niña pequeña”, recordó Velázquez, microbióloga, con una destacada carrera en la industria farmacéutica en Puerto Rico

Su madre le decía que su hermano “hacía música” desde la cuna.

“Siempre fue muy musical y lo demostró como cantante. Sin estudios hacía primera voz, segunda y tercera. Tocaba guitarra y tenía un oído musical privilegiado”, indicó Carmen Sonia.

Con sólo 8 años aprendió a tocar la guitarra en su casa y a los 12 años, como un niño prodigio, participó y ganó en el programa de talento “Aficionados arecibeños”. Desde entonces comenzó a darse a conocer sobre los escenarios acompañado del reconocido compositor Pepito Lacomba al piano o a la guitarra.

Su primer trabajo fue como segunda voz del Trío Miramar. Al poco tiempo grabó su primer disco, con su famoso tema “Egoísmo”… junto a Rey Arroyo fundó el Trío Santurce. En 1952 reemplazó a Paquitín Soto, como primera voz del Trío Los Murcianos. En México fue parte del famoso trío Los Tres Reyes.

Todavía son muy solicitadas sus versiones de las canciones “Cristal”, “Fruto amargo”, “Frenesí”, “Cuando estemos viejos”, “Sombras nada más”, “Entre tu amor y mi amor”, “El malquerido”, “Silencio” y “Campanitas de Cristal”.

Su hermana Carmen Sonia, que es aficionada a la bohemia y también canta boleros, llegó al homenaje y con más disposición para explicar lo inconcluso:

“Sí. Lo que siento es de distintas vertientes: Cuando lo escucho recupero a mi hermano. Lo siento aquí, como si no se hubiese ido nunca. Pero también siento emoción  y orgullo por lo que que representa para Arecibo y Puerto Rico”, dijo sonriendo, con un dejo de melancolía. INS

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