P. Rico-Enfrentan la justicia por encargar una muerte (repetición solicitada)

Por Obed Betancourt

(Especial para Inter News Service)

San Juan, 21 ago (INS).- Dana, sonñolienta, se quejaba de frío en la sala del tribunal federal y como con voz de gatito decía “mami” a su abuela Carmen Rijos, de 77 años, quien la cuidaba mientras la madre de la niña, Aurea Vázquez Rijos, observaba desde la silla de los acusados la selección del jurado que debía juzgar su caso por contratar a una persona que matase a su marido en 2005.

Dana y su abuela Carmen asistieron al primer día de juicio de Aurea y Marcia Vázquez Rijos, y de José Ferrer Sosa. / Inter News Service

Los penetrantes ojos verdes de la niña que recién acaba de celebrar su tres años recibió más de un cumplido, incluso de periodistas, sin ver ella claramente el drama de su madre y sus tíos, Marcia y Chalbert, involucrados todos por la fiscalía federal en la muerte de Adam Anhang Uster, el entonces esposo de Aurea, muerto a puñaladas y a adoquinazos que le desfiguraron el rostro en una oscura esquina de las calles Luna y Tetuán, en el Viejo San Juan la madrugada del 23 de septiembre de 2005, el mismo día en que fuerzas especiales del FBI asediaron una casa en Hormigueros donde se escondía y vivía el guerrillero urbano y fugitivo federal Filiberto Ojeda Ríos, muerto horas más tarde por un francotirador.

En conversación con la agencia Inter News Service (INS), Carmen se quejaba “de la maldad” de los que han acusado a sus hijos del crimen atroz contra el joven empresario judío-canadiense y lo mucho que han sufrido las gemelas italianas de Aurea, Vittoria y Giulia, de 10 años de edad, a quienes no ve hace cinco años, cuando fue arrestada en España por fuerzas de esa nación y del FBI y, posteriormente, en el 2015, extraditada al territorio estadounidense de Puerto Rico.

El papá de Dana es un abogado italiano cuyo nombre Carmen se negó a decir, “porque él no quiere”. Carmen reconoce que los hijos deben estar con los padres, y que ella a su edad no tiene toda la energía para criar una pequeña criatura.

Sin embargo, acepta que el padre no ha reclamado que le otorguen la niña que, como otros niños que también acuden a la cárcel, visita a su “mamá”, como le dice a Aurea, dos veces en semana.

Es posiblemente el momento de mayor alborozo para Dana -quien no asiste todavía a un centro preescolar- pues juega con sus amiguitos de todas la semanas en un área espaciosa del Centro Metropolitano de Detención, en vez de pasarse el día en la casa con su abuela y su abuelo, un poco aquejado en estos días.

El papá se comunica con su hija frecuentemente, dice Carmen a INS, y Dana ya le reconoce la voz.

Marcia, igualmente acusada por las autoridades federales de contratar junto a su hermana y José Ferrer Sosa a Alex Pabón Colón para asesinar a Adam, dijo a INS que no confía en nadie, sino solo en dios.

En la breve conversación con este medio en el pasillo del tribunal federal, confirmó además que ya no mantiene una relación con José. Y por su expresión idiomática, al parecer hace mucho tiempo.

“Válgame”, respondió cuando INS le preguntó si estaba separada de Ferrer Sosa.

Su expresión facial para determinar la fecha de separación solo arrojó más dudas sobre la misma, de tanto tiempo ya ni se acuerda.

Más adelante dejó entrever que atravesar el duro proceso judicial ha sido una de las causas de la separación. Ambos estuvieron separados por años debido a su encarcelamiento. Carmen dijo que era de esperarse un desenlace como ese.

“El ha cambiado mucho”, dijo sobre el hombre que, según cree, ya debe rondar los 40 años de edad. Marcia y José fueron novios desde la adolescencia, y no es hasta ahora que se separan por primera vez.

El dato es relevante porque circulan versiones de que o José o Marcia pudiera convertirse en testigo del pueblo. Al no haber estado casados y ni siquiera ser compañeros, no los cobija la protección a la confidencialidad que se le reconoce a las conversaciones de los matrimonios.

“Tranquila”, dijo Marcia sobre su estado de ánimo. “En calma”, agregó.

Y sin mediar pregunta alguna, añadió que “el único (ser) en quien confío es en dios”.

En ese momento su abogado Fernando Zambrana llegó al pasillo del tribunal para no permitirle seguir conversando con INS.

Marcia, que al igual que José está bajo fianza, llegó con un recorte de cabello corto, el pelo ondulado y tirando a rojo, su tez blanca contrastaba con su vestido color cyan, que hacía juego con sus ojos de una tonalidad verde.

Aurea llevaba un vestido color gris claro. Ambas han aumentado considerablemente de peso.

Ferrer Sosa lucía un traje azul cielo con tenis negros, el cabello rapado y una barba poblada al estilo LeBron James, aunque es mucho más bajito.

Contrario a juicios anteriores en los que se ha ventilado el asesinato del joven empresario, su papá Abrahan Anhang no acudió al comienzo de este caso.

El juez Daniel Dominguez convocó para hoy el comienzo de selección de jurado con 91 personas. A las 3:00 de la tarde ya se había excusado a 23 de estos por diversas razones, desde el poco dominio del idioma inglés hasta problemas para mantenerse en el jurado hasta seis semanas de juicio, como advirtiera el juez federal, o tener lazos familiares con personas de ley y orden, y otras.

Con cierta ironía, en la sala del tribunal sonaba la melodía, instrumental, de la canción El poder del amor, de Ricardo Montaner. Ha trascendido que el asesinato de Adam ocurrió justo cuando decidió divorciarse de Aurea.

El juez separó hasta el viernes para el proceso de selección de jurado, un juicio que ya había sido pospuesto en tres ocasiones.

Los abogados de Aurea son Lydia Lizarríbar y Francisco Adams, pagados por el estado. Los abogados Artemio Ruiz y Fernando Zambrana lo son de Marcia y Ovidio Zayas de José Ferrer Sosa.

Los fiscales federales son José Ruiz Santiago y Jennifer Hernández. INS

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    Dana y su abuela Carmen asistieron al primer día de juicio de Aurea y Marcia Vázquez Rijos, y de José Ferrer Sosa. / Inter News Service
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