P. Rico-Padre Pedro afirma sufrimiento del pueblo puertorriqueño no puede convertirse en mercancía (Repetición solicitada)

Por Nelson del Castillo

San Juan, 18 mar (INS).- El sufrimiento del pueblo puertorriqueño, en medio de las vicisitudes ocasionadas por los huracanes Irma y María, en septiembre de 2017, no debe transformarse en mercancía para el lucro mediante la privatización de los bienes públicos y la educación, aseguró el sacerdote católico Pedro Rafael Ortiz.

“Hay que sacar a los mercaderes del templo de la Patria; hay que sacar a esos mafiosos, y no podemos permitir que este gobierno servil continúe haciéndole el favor a los bonistas de Wall Street”, declaró a la agencia Inter News Service (INS) el portavoz del colectivo Todos Somos Pueblos.

Padre Pedro explicó que “la forma de cómo los vamos a sacar tiene diversidad de estilo pero, mientras eso se da, tenemos que tener conciencia de que el país entienda que nos tienen anestesiados”.

Aclaró en este sentido que no basta que la gente reconozca que estamos en crisis, es necesario que haya movilización, de ahí la importancia del paro de los maestros este lunes y de la Gran Marcha por la Educación, fijada para el sábado 24 de marzo, a partir de una convocatoria realizada por los padres y familiares de los estudiantes con diversidad funcional.

“Las protestas y las denuncias son medios que históricamente hemos utilizados para promover el pensamiento critico colectivo en Puerto Rico y en el mundo. De las marchas salen otras propuestas y alternativas de trabajo y de respuesta”, dijo el flamante párroco de la Iglesia Santo Cristo de la Salud de Comerío ante la observación de que en el país se han realizado muchas marchas sin que parezca haber solución a los problemas más perentorios.

Explicó que en las marchas y propuestas —al igual que en las conferencias de prensa— utilizan el espacio con el propósito de brindar alternativas y de que se escuchen los reclamos del pueblo y se abran espacios y canales de adecuada participación “para nosotros que somos los que realmente estamos viviendo la difícil situación del país”.

“El llamado que le hacemos al pueblo de Puerto Rico es que no se acostumbre a la crisis. No te acostumbres al dolor, Puerto Rico, tu no has nacido para disfrutar el dolor. Tu naciste para transformar vida y tener vida. No para sobrevivir, Puerto Rico no fue creado para sobrevivir, Puerto Rico fue creado para vivir con dignidad”, reclamó.

Para Padre Pedro es necesario “tener en cuenta que no nos podemos acostumbrar ni a la crisis ni a la pobreza, porque la pobreza es un pecado si lo vemos desde el punto de vista del cristiano. Nos tenemos que preguntar quiénes nos van a sacar de esta crisis. ¿Será el gobierno con sus únicas alternativas?”

El sacerdote consideró que “el gobierno está muy distanciado y los que estamos viviendo el dolor del pueblo y los que estamos integrados al dolor de nuestra gente y que estamos integrados a ellos, estamos haciendo un reclamo de que se nos dé participación para solucionar la crisis”.

“No vamos a claudicar en esta exigencia; no vamos a mendigar ni a pedir al gobierno que nos dé oportunidades, sino que vamos a hacer los espacios para las oportunidades y mientras más nos pongan contra la pared, la respuesta va a hacer mas radical”, advirtió el portavoz de Todos Somos Pueblo.

Consideró que esta lucha del pueblo puertorriqueño es muy distinta a cualquier país del mundo, pues “cuando aquí hay crisis lo que hacen muchos es montarse en un avión y buscar ayuda en otro lugar; en otro país no se puede hacer eso”.

“Yo creo que esa encerrona donde nos tienen es más peligrosa aún, ya que fomenta al pueblo un escapismo a las situaciones conflictivas, y eso lo llevan en el corazón y conciencia todos los líderes políticos de este país”, diagnosticó Padre Pedro al insistir en que la privatización trae consecuencias, “como que nos veamos obligados a sacar de nuestro ya menguado bolsillo para pagar la educación de nuestros hijos e hijas y que la energía cada vez sea más cara”.

Adujo que cada vez que se cierra una escuela, que pasa un día sin tener acceso al servicio de electricidad, de agua o de cualquier otro servicio esencial, “es equivalente a crucificar más a los pobres, a echar sobre los sectores desposeídos el peso de una crisis que no fue creada por este pueblo”. INS

ndc