San Juan, 21 feb (INS).- A 10 años de la huelga magisterial, la Federación de Maestros de Puerto Rico (FMPR) y su presidenta, Mercedes Martínez Padilla, recordaron la gesta y aseveraron que en esa oportunidad “vencimos y ahora volveremos a vencer”.
“Un día como hoy, el 21 de febrero de 2008, miles de maestros salimos a la calle a defender la dignidad y los derechos del magisterio ante el gobierno anti obrero de Aníbal Acevedo Vilá. Arrancaron dos semanas intensas que dejarían claro que los instrumentos de lucha de los trabajadores son para representar a su gente y no un fin en sí mismo”, señaló la FMPR.
Agregó que el conflicto dejó como resultado “el logro de importantes conquistas que permitieron frenar estrategias patronales. La FMPR se había posicionado para ese momento no solo como el sindicato más grande del país, sino uno con clara conciencia de clase y como un instrumento de lucha militante del magisterio”.
Recuerda que al momento de decretarse la huelga, “la FMPR llevaba negociando tres años sin que el Departamento de Educación hiciera una oferta razonable. Fungía como secretario de Educación Rafael Aragunde. En octubre de 2007 una asamblea con sobre ocho mil maestros le dio a la dirección del sindicato un voto de huelga a ser implementado cuando se entendiera”.
Así, el 21 de febrero de 2008, frente al Departamento del Trabajo, en Hato Rey, Rafael Feliciano Hernández, presidente de la FMPR, anuncia la decisión unánime del comité ejecutivo del sindicato de iniciar una huelga indefinida.
“Figuraban como demandas principales el que se obtuviera un convenio colectivo, aumentos salariales, reducción en la cantidad de estudiantes por salón y un compromiso de que no privatización de las escuelas”, rememora la Federación.
Y prosigue: “En numerosas escuelas se detiene el funcionamiento y los maestros recibieron el respaldo de padres y estudiantes. La Asociación de Maestros y sectores afines al Partido Popular Democrático desarrollan una campaña contra el magisterio. Sectores independentistas comprometidos con el partido gobernante dan la espalda al magisterio en lucha”.
Incluso, “un grupo de expresidentes de la FMPR realizó una conferencia de prensa para apoyar al patrono y llamar a no respaldar la determinación de la asamblea más grande que ha realizado sindicato alguno en el país. Entre ellos estuvieron Serapio Laureano, Andrés Miranda, Renán Soto y Jesús Delgado Burgos. A pesar de esto, el espíritu de los maestros al concluir la huelga es de victoria”.
El envolvimiento de miles de educadores en las distintas actividades de la huelga logra, señala la FMPR, “un crecimiento cualitativo en la conciencia de clase de muchos. Logran identificar al Estado como una fuerza antagónica a los derechos de la clase trabajadora. La huelga fue punto culminante de un proceso por el que el magisterio logra avances importantes en sus condiciones de trabajo y vida”.
A nivel económico -añade- la Federación “es responsable de elevar significativamente los salarios de los educadores. En varias instancias se consiguen aumentos de sueldo de 100 dólares en 2002, 150 en 2003, 150 en 2004 y 250 dólares como producto de la huelga. Esto significó un total de 750 dólares en seis años gracias a la lucha de nuestro sindicato.
Como resultado directo de la huelga magisterial, el secretario Aragunde firma con la FMPR una estipulación donde el gobierno se compromete a no privatizar las escuelas. La estipulación firmada señala que “el Departamento de Educación se compromete a no establecer escuelas ‘chárter’ ni ninguna otra variante de privatización de las funciones docentes y administrativas de las escuelas”.
“Detener cualquier plan privatizador por espacio de 10 años es una de las aportaciones concretas de la lucha que libró el magisterio y, puesto dentro de la perspectiva presente, nos indica que si resistimos, podremos prevalecer una vez más y garantizar una educación pública de calidad para nuestros niños”, apunta la Federación.
Y concluye: “Ningún gobierno abarrotado de tecnócratas ni una empresaria encumbrada como secretaria de Educación pueden amar más a nuestros estudiantes que los maestros que día a día acudimos a las aulas a alimentar su futuro. Junto a las comunidades escolares, los padres y todo el país derrotaremos una vez más los intentos de entregar a manos privadas las escuelas”. INS
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