R. Dominicana-Oposición de la Iglesia Católica contra la despenalización del aborto revive los roces entre sacerdotes y presidentes dominicanos (crónica)

Por Manuel Vólquez

Santo Domingo, 29 jul (INS).- La recia oposición de la Iglesia Católica contra la despenalización del aborto ha renovado los roces entre sacerdotes y presidentes dominicanos, tema que en el trayecto de varias décadas ha sido la comidilla de la prensa nacional y analistas políticos.

Esos choques han tenido como escenario principal los lugares donde los mandatarios acuden a inaugurar obras que son bendecidas por los sacerdotes, pero son los templos las plataformas preferidas por los religiosos para lanzar dardos envenenados contra los estadistas a través de las homilías, herramientas utilizadas para criticarlos por su fragilidad ante los males sociales que acorralan a la población, tales como la corrupción, inseguridad ciudadana, delincuencia, pobreza, desigualdad y caos en los servicios públicos.

Los disparos verbales de los curas contra los gobernantes se registran desde la férrea dictadura de Rafael Leonidas Trujillo Molina, pasando por los 12 años de Joaquín Balaguer hasta los gobiernos de Antonio Guzmán, Salvador Jorge Blanco, Hipólito Mejía, Leonel Fernández y Danilo Medina.

Ningún Jefe de Estado se ha librado de las severas críticas de los curas. Todavía están vivas en la memoria de los dominicanos, las acusaciones contra la práctica de la corrupción gubernamental en que incurren funcionarios civiles y militares, a la inseguridad que sufre el pueblo dominicano, al sistema de justicia fallido y al aborto, que fueron los temas centrales del Sermón de las Siete Palabras del Viernes Santo de 2017.

En 1962, el sacerdote jesuita español Láutico García cobró notoriedad luego de participar, previo a las elecciones presidenciales de ese año, en un debate televisivo con el entonces candidato presidencial profesor Juan Bosch, para demostrarle que presuntamente era comunista.

El más reciente encontronazo fue el miércoles 26 de julio, cuando el párroco Benito Cruz Lantigua, al bendecir una escuela inaugurada en Santiago (norte), le recordó al presidente Medina que esa comunidad necesita otras soluciones que no son sólo la educación.

El gobernante, que no es dado a hablarle al país, respondió incómodo a la inquietud del purpurado rindiendo un detallado informe de su gestión en los aspectos de salud, economía y vivienda, anunciando, además, proyectos de modernizar hospitales.

El 13 de diciembre de 2014, el enlace entre el Poder Ejecutivo y la Iglesia Católica con sede en el Palacio Nacional, sacerdote Manuel Antonio Ruiz, renunció indignado por la observación al Código Penal que realizó el mandatario, lo que calificó como “una tremenda presión” desde el poder político sobre los legisladores para que no se penalice el aborto en algunos casos.

Tres años después, el Código Penal se ha vuelto a caer por la diferencias entre el Congreso Nacional y el Poder Ejecutivo que, según los analistas, ha bajado líneas a sus legisladores para que aprueben el proyecto de ley con las causales sugeridas por el presidente de la República, situación que ha agrietado las relaciones entre el mandatario y la Iglesia Católica.

Cada jefe de Estado de los últimos 60 años se ha encontrado con una homilía de los sacerdotes católicos que aprovechan el “Sermón de las Siete Palabras” para enrostrarle a los gobernantes las fallas y errores en el manejo del Estado, motivando en lo inmediato reacciones por la irritación.

Esa situación le pasó al expresidente Hipólito Mejía, cuando el párroco Milton Amparo Tapia le criticó en 2001 por no mantener su promesa de no reelegirse y por las erráticas políticas económicas que implementaba su administración.

“El presente gobierno ha mostrado cierta tendencia totalitarista y dictatorial manifestada en la intolerancia con la prensa y con todos los que pueden criticar su gestión, acompañada con la manifiesta intención de que las Fuerzas Armadas participen activamente en las elecciones o al menos favorecer la politización de las Fuerzas Armadas como lo hizo Trujillo y Balaguer en el pasado”, dijo el sacerdote en la homilía.

El expresidente Mejía calificó el mensaje como irrespetuoso y su secretario de Agricultura, y uno de sus principales cancerberos, Eligio Jáquez, dijo que más que un cura, pensó escuchar a un dirigente político de la oposición.

Otros roces similares los reseña el periódico Listín Diario con respecto al entonces presidente Antonio Guzmán. En noviembre de 1980, el cura Antonio Reynoso criticó al gobernante porque se construían diques por la presa de Hatillo, en Cotuí (nordeste) que podían generar inundaciones en zonas habitadas.

Con el expresidente Joaquín Balaguer le pasó que en una eucaristía dijo que el entonces presidente y el demonio eran la misma cosa. Meses después, Reynoso visitó el Palacio Nacional y Balaguer le dijo: “Usted ve, padre Toño, yo no soy un Dios, pero tampoco un demonio”.

“El episodio más memorable de irritación al poder lo produjo monseñor Francisco Panal al dictador Rafael L. Trujillo Molina. La historia suele ser conocida como ‘El hombre que arrodilló a Trujillo’, dice el rotativo de más antigüedad en el país, citando como fuente a la periodista investigadora Ángela Peña en un artículo publicado en el diario Hoy el 19 de marzo de 2011.

Narra que el 4 de marzo de 1961, en las postrimerías de la dictadura, en la iglesia Inmaculada Concepción de La Vega (norte), monseñor Panal detalló las “necesidades apremiantes” de la ciudad, como trabajo, viviendas, alimentación, y también reveló los destierros y prisiones que sufrían ciudadanos en el país, según señala el artículo antes citado.

Se desconoce el destino final del valiente religioso. INS

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